En la periferia de La Lisa existe una barriada que todo el mundo llama Los Rusos, aunque su verdadero nombre sea Juan de Dios Fraga. Esta dualidad denominativa tiene su historia. En 1964, dos años después de la Crisis de Octubre, en la edificación de la actual Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) se estableció el Centro de Exploración y Escucha Radioelectrónica conocido como Base Lourdes, a partir de una solicitud de la máxima dirección de la URSS. Así surgió también un distrito especial para los familiares de los oficiales soviéticos de misión en Cuba: el barrio de los rusos. Las viviendas eran todas similares: chalets con jardín y patio, según los patrones constructivos del Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas presidido por Pastorita Núñez; con la excepción de tres conjuntos de casitas con techos semicirculares.

En las décadas de los 70 y 80 la seguridad del distrito era relativa y los familiares de los militares rusos se dedicaron a comercializar disímiles productos. Incluso, hoy día existe el recuerdo lejano de la frase “voy a comprar a los rusos”, como una memoria empolvada del periodo en que vivieron en esta zona.

Llegados los 90, después de la caída del campo socialista, los rusos regresaron a su país y la localidad quedó deshabitada. En 1993 se toma la decisión de entregar esas viviendas a los trabajadores del Centro de Inmunología Molecular (CIM) y del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), aunque los domicilios estaban rodeados de marabú y su interior se encontraba saqueado, pues residentes de barrios colindantes hurtaron todo lo que los soviéticos dejaron, hasta las baldosas de los pisos.

En el año 2022, después del paso del huracán Ian, Juan de Dios Fraga recibe una visita presidencial. A partir de esa fecha se asfaltaron las calles y se reconstruyó el anfiteatro local, que llevaba alrededor de 20 años en desuso.

Casa de madera y camino recién asfaltado (Foto: Lucy Gmorell).

Las popularmente llamadas casitas rusas, las únicas con esta estructura en Juan de Dios Fraga (Foto: Lucy Gmorell).

Chalet que conserva su estructura original (Foto: Lucy Gmorell).

Finca Los Muñoz, levantada sobre un terreno vacío (Foto: Lucy Gmorell).

A la izquierda, un parqueo nuevo; a la derecha, una estructura corrida que combina viviendas con farmacia, carnicería y bodega, todo construido después de la visita presidencial (Foto: Lucy Gmorell).

Las alcantarillas y los desagües de los hogares desembocan en el río de la derecha, que en ocasiones suele ser escenario de diversión para niños y jóvenes (Foto: Lucy Gmorell).

Estructura original de un chalet construido a finales de los 60 (Foto: Lucy Gmorell).

Camión Ford varado, en venta, frente a vivienda de la calle principal (Foto: Lucy Gmorell).

El anfiteatro de la barriada reconstruido el pasado año (Foto: Lucy Gmorell).

Farmacia comunitaria dentro del conjunto de construcciones rehabilitadas (Foto: Lucy Gmorell).

Restaurante конец (El Fin) único y desabastecido, que marca los límites del barrio (Foto: Lucy Gmorell).

Sobre el autor

Lucy Gmorell

La Habana (2003). Fotógrafa autodidacta. Cursó el taller de Cine experimental en películas de 16 mm de FAC (2018) y el Taller de Fotografía en movimiento y cine experimental en 16 mm “Mujeres con la cámara”, impartido por Studio 8, obra exhibida en premier en la XIII Bienal de La Habana (2019). Ganadora del concurso “Éste es aquel”, de la Galería-Taller Gorría, 2020.

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