El 11 de mayo de 2023 el gobierno de los Estados Unidos da por terminada la vigencia del Título 42. Esta medida, en vigor desde 2020, usa como argumento la salud pública ―específicamente la prevención de la Covid-19― para expulsar a los migrantes que intentan cruzar la frontera sur de manera irregular, sin permitirles solicitar asilo ni ofrecer otras protecciones legales.

El fin del Título 42 trae consigo el potencial crecimiento de los flujos de migración irregular, una vez que estén de vuelta los protocolos habituales (Título 8), algo para lo cual la administración Biden lleva meses preparándose. La aprobación del Proceso de Permanencia Temporal para Cubanos, Haitianos, Nicaragüenses y Venezolanos funcionó a modo de “programa piloto” y, dado su éxito, continuará expandiéndose a otras nacionalidades.

El pasado 27 de abril, en una conferencia de prensa conjunta con el Departamento de Estado, Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, dejó clara la postura de la Administración: “La propaganda de los coyotes es falsa. Déjenme decirlo claro: nuestra frontera no está abierta y no estará abierta después del 11 de mayo”.

¿Cómo piensa el gobierno estadounidense frenar la migración ilegal? ¿Cuáles fueron las nuevas medidas anunciadas? ¿Cómo impactan estas medidas a los cubanos? ¿Son realmente positivas? A continuación, Periodismo de Barrio explica los detalles:

  • Creación de Centros Regionales para el Procesamiento de Migrantes.
  • Expandir el Proceso de Permanencia Temporal a otras nacionalidades.
  • Incrementar las plazas del Programa de Admisiones de Refugiados.
  • Nuevo requisito de elegibilidad para solicitar asilo en la frontera y endurecimiento de las penalizaciones para migrantes irregulares.

Creación de Centros Regionales para el Procesamiento de Migrantes

En la conferencia de prensa conjunta del 27 de abril, el secretario de Estado Antony Blinken reconoció que “la migración es la definición de un desafío que ningún país puede resolver por sí solo”. Por ello, la estrategia de contención pasa por alianzas regionales e internacionales, y la creación de estos centros es uno de los primeros pasos.

Los primeros dos Centros Regionales abrirán en Colombia y Guatemala, siendo potencialmente México la tercera localización, a mediano plazo. Estos centros no estarán ubicados en las embajadas estadounidenses en dichos territorios. Todo parece indicar que, en la práctica, los Centros Regionales no son más que la expansión de espacios ya existentes operados por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a los que ahora se unirán funcionarios estadounidenses. La novedad radica en que los Centros Regionales, si bien bajo los auspicios de las Naciones Unidas y en terceros países, serán completamente financiados por los Estados Unidos, como aseguró en conferencia de prensa la subsecretaria de Estado Marta Youth, adjunta principal de la Oficina de Población, Refugiados y Migración.

¿Qué rol tendrán los Centros Regionales?

En principio, funcionarán como una suerte de espacio “triaje” y de orientación para definir cuál es la mejor opción para cada migrante. Según el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, la expectativa es que una vez estén completamente operativos, puedan ser atendidas en cada centro entre 5000 y 6000 personas por mes. En primer lugar, estarían los solicitantes del Programa de Admisiones de Refugiados de Estados Unidos, quienes serían directamente evaluados por funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional para definir su elegibilidad e iniciar, dado el caso, el proceso de reasentamiento de forma expedita.

Adicionalmente, aquellas personas que no cualifiquen para el Programa de Admisiones de Refugiados de Estados Unidos, recibirán asesoría sobre otras opciones como la reunificación familiar a través de un patrocinador. Además, como muestra de que es un esfuerzo conjunto, los Centros Regionales ofrecerán información sobre formas de regularización en el país anfitrión y servicios sociales disponibles, vías legales de migración para Canadá y España. En el caso de Canadá, el secretario Mayorkas anunció que ese país ha aceptado recibir a 15.000 migrantes adicionales. Sobre España no se han ofrecido detalles en cuanto a números, aunque la subsecretaria Youth mencionó la posibilidad de programas laborales. En general, todos los funcionarios coinciden en que los detalles operativos aún están definiéndose.

Expandir el Proceso de Permanencia Temporal a otras nacionalidades

Un mes después de la instauración de este programa para ciudadanos de Cuba, Haití, Venezuela y Nicaragua en enero de 2023, la migración irregular desde estos países cayó un 97%, aseguró el secretario Blinken. Para marzo de 2023, el número de encuentros con la Patrulla Fronteriza disminuyó un 23% en comparación con marzo de 2022. En reconocimiento al éxito de este modelo, tras el 11 de mayo no solo el programa se mantiene vigente, sino que será expandido a El Salvador, Guatemala, Honduras y Colombia.

Asimismo, el secretario Mayorkas mencionó que los programas de reunificación familiar por medio de paroles para ciudadanos de Cuba y de Haití serían agilizados, aunque no ofreció un marco temporal. Recordemos que el de Cuba fue creado en 2007 y el de Haití en 2014, y son programas con características distintas al Proceso de Permanencia Temporal. El Programa Cubano de Parole de Reunificación Familiar estuvo “congelado” por casi cinco años hasta su restablecimiento en septiembre de 2022.

Incrementar las plazas del Programa de Admisiones de Refugiados

Estados Unidos recibió seis veces más refugiados de América Latina y el Caribe en 2022 que el año anterior, aseguró el secretario Blinken. Y para 2023 el propósito es duplicar esas entradas. Esas cifras son, sin embargo, discretas cuando las miramos en contexto. Las estadísticas oficiales indican que en el año fiscal 2021 solo 11.411 refugiados fueron admitidos en los Estados Unidos. De ellos, solo 400 eran de América Latina y el Caribe. Para el año fiscal 2022, fueron admitidas 25.475 personas. Aunque la sección de Refugiados y Asilados del Departamento de Seguridad Nacional aún no muestra los datos desagregados del 2022; si en ese año fiscal el número de admitidos se sextuplicó ―como indicó el secretario Blinken―, estamos hablando de no más de 2500 personas de la región.

El subsecretario interino de Políticas de Fronteras e Inmigración del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Blas Nuñez-Neto, comentó en conferencia de prensa que, por primera vez, individuos estadounidenses podrán patrocinar refugiados, a través de un programa denominado “Welcome Corps”.

Nuevo requisito de elegibilidad para solicitar asilo en la frontera y endurecimiento de las penalizaciones para migrantes irregulares

El Programa Cubano de Parole de Reunificación Familiar estuvo “congelado” por casi cinco años hasta su restablecimiento en septiembre de 2022 (Foto: Periodismo de Barrio).

El gobierno estadounidense ha tomado estas y otras medidas previas con un objetivo fundamental: disminuir la migración irregular a través de su frontera sur y por mar. A partir del 11 de mayo, se añade una nueva condición de inelegibilidad para recibir asilo en la frontera terrestre o por mar: a aquellas personas que no hayan utilizado los canales legales vigentes (solicitud del Programa de Admisiones de Refugiados de Estados Unidos, asesoría en los Centros Regionales, patrocinio de parole, cita concertada a través de la aplicación CBP One…) y que no programen una cita a través de la aplicación CBP One para presentarse en un puerto de entrada, o que no soliciten asilo en alguno de los países por los que están viajando, les sería denegado el asilo.

En estos casos, el secretario Mayorkas afirmó que se implementará el mecanismo de repatriación acelerada, con la prohibición adicional de no poder ser beneficiario de ningún programa migratorio para los Estados Unidos ―o posibilidad de viajar― durante un periodo de cinco años. Incluso, aquellas personas que aun así lo intenten nuevamente, podrían ser procesadas penalmente. El funcionario enfatizó que esto no solo aplica a quienes intentan llegar por tierra, sino también a las personas que lo hacen por mar.

El reforzamiento de la frontera también queda evidenciado por la ampliación del personal: a los 24.000 agentes y oficiales que actualmente existen se sumarán este año 300 agentes patrulleros de frontera.

Es importante señalar que este endurecimiento pudiera aplicarse no solo a individuos, sino a familias con menores. De hecho, en la conferencia de prensa el secretario Mayorkas aparentemente se contradijo al afirmar que “Al igual que los adultos solteros, las familias serán sometidas a procesos de deportación, incluyendo la deportación acelerada”; y luego, ante la petición de un periodista de que ofreciera más detalles sobre este aspecto, respondió: “​​No tenemos planes de detener a las familias. Como mencioné, emplearemos alternativas a la detención, incluyendo algunas innovaciones al respecto, y utilizaremos alternativas mejoradas a la detención caso por caso según sea necesario”.

En conclusión… es posiblemente una buena noticia para los solicitantes de refugio o quienes pueden contar con un patrocinador, pero mala para las personas que necesitan asilo

“Ampliar las vías de reagrupación familiar y el procesamiento de refugiados para las personas desplazadas en las Américas es algo que se ha esperado durante mucho tiempo, pero no podemos ignorar que la administración de Biden propone un pacto faustiano al buscar simultáneamente implementar una prohibición de asilo heredada de la era Trump en la frontera entre Estados Unidos y México, cerrando efectivamente la puerta a innumerables personas necesitadas”. Esta declaración de Sunil Varghese, Director de Políticas en el International Refugee Assistance Project (IRAP) resume el sentir de las instituciones que trabajan con migrantes en la región.

Recordemos que hay una diferencia sustancial entre un refugiado y un asilado: el primero realiza la petición desde su país, mientras que el segundo lo hace en la propia frontera. De acuerdo con el proyecto TRAC Immigration, a finales de 2022 había al menos 1.565.966 individuos esperando sus audiencias de asilo en los Estados Unidos, de ellos 30.000 fueron adiciones del primer trimestre del año fiscal 2023. ¿Por qué tantos casos?

La cifra anterior se entiende mejor al saber que el “techo” permitido para la admisión de refugiados en los Estados Unidos desde los últimos años es de 125.000 personas. Es decir, que hay cabida para incrementar los números, pero por razones logísticas, políticas y económicas el pasado año fiscal se admitieron en ese país solo cerca de un 20% del total de refugiados para los que se tenía capacidad. Solo 25.475 personas en todo el mundo recibieron esta condición siguiendo los procedimientos establecidos para ello.

Dos Centros Regionales operando según lo indicado por el secretario Mayorkas estarían procesando anualmente cerca de 120.000 potenciales migrantes. El techo es el mismo para el año fiscal 2023, por lo que, si se habla de “duplicar” cifras, no serían más de 5000 refugiados de América Latina y el Caribe los que serían admitidos este año. Es decir: en contexto, esa es la misma cantidad de personas que puede procesar en un solo mes un Centro Regional completamente operativo. ¿Y el resto?

Queda por confirmar si realmente se están recibiendo mensualmente 30.000 personas de Cuba, Haití, Venezuela y Nicaragua a través del proceso de permanencia temporal, que es el máximo aprobado por la administración Biden. Según un reporte de Univisión el pasado mes de abril, las cifras indicarían que sí. ¿Se ampliarán los cupos mensuales ahora que se añaden El Salvador, Guatemala, Honduras y Colombia? Incluso sin incrementarse, si se mantiene este ritmo, en un año deberían entrar a los Estados Unidos 360.000 personas.

En perspectiva, ¿qué representa esto? En 2022, en la frontera sur se contabilizaron 2.378.944 interdicciones a migrantes. Haciendo una rápida suma, las nuevas medidas anunciadas solo cubrirán (no necesariamente benefician con un estatus migratorio) a cerca del 17% de este número. Anticipando la dificultad para conseguir cita en los Centros Regionales o en CBP One, es mucho más comprensible la preocupación de las organizaciones que trabajan con solicitantes de asilo, ya que una serie de medidas en principio positivas, terminarán haciendo aún más difícil que quienes solo tienen la frontera como opción logren finalmente entrar.

Sobre el autor

Mónica Fernández Salinas

Graduada de Historia del Arte por la Universidad de La Habana, Cuba (2010). Máster en Comunicación Estratégica por la Universitat Rovira i Virgili, España, (2021). Aborda temas de política, economía, género y salud.

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