Había todo tipo de prendas secándose al sol, desde ropa de cama hasta ropa interior, pero aquello no era una tendedera común, sino una valla del Paradero de Cojímar, localidad perteneciente al municipio Habana del Este.

En la actualidad, cuatro familias procedentes de Diez de Octubre viven en las antiguas oficinas del Paradero, ahora refuncionalizadas. Según me contaron, el gobierno decidió trasladarlos a este lugar, pues convivían en un edificio inhabitable en la localidad de Toyo. Al tanto de esta situación, ya muy habitual en La Habana por el déficit de viviendas, el mal estado de conservación y la sobrepoblación existente, decidí centrar mi atención en una de las familias, la más numerosa, y así abordar el día a día de la comunidad.

Estas personas hacen del Paradero su nuevo hogar. Solo desean que sus hijos crezcan en un hogar digno.

Entrada del Paradero de Cojímar. Los niños han hecho de las áreas de este lugar sus nuevas áreas de recreo (Foto: Manuel Almenares).

El niño Erick y su tía Aidee juegan con un neumático (Foto: Manuel Almenares).

Los cincos más pequeños de la familia posan para un retrato, el pantry divide la cocina del antiguo comedor del Paradero (Foto: Manuel Almenares).

Escena cotidiana de las niñas Aidee y Yanitza a la hora de almuerzo, detrás su madre Yaumara (Foto: Manuel Almenares).

En el área de la casa destinada como cuarto y antiguamente comedor del Paradero, almuerzan las hermanas Yanitza y Alejandra (Foto: Manuel Almenares).

Retrato a Aidee mientras almuerza, al fondo su hermana y su primo (Foto: Manuel Almenares).

En primer plano el pequeño Erick, el más joven de la familia, atrás su tío Alejandro toma una siesta (Foto: Manuel Almenares).

Los niños pasan el rato frente al televisor, el mueble que toman de sofá es una fila de asientos de ómnibus (Foto: Manuel Almenares).

Alejandro (padre) y los niños posan para un retrato familiar (Foto: Manuel Almenares).

Retrato de Yanitza en las áreas de las antiguas oficinas del Paradero, hoy viviendas (Foto: Manuel Almenares).

Alejandro (hijo) y su sobrino Erick pasan la tarde jugando a los navíos en el cuarto (Foto: Manuel Almenares).

Yaumara hace tareas del hogar acompañada de su hijo Alejandro (Foto: Manuel Almenares).

La comunidad hace reformas para que cada espacio se parezca más a un hogar (Foto: Manuel Almenares).

Yaumara tiende la ropa lavada detrás de su casa; alrededor sus hijos juegan (Foto: Manuel Almenares).

Sobre el autor

Manuel Almenares

La Habana (1992). Es miembro asociado de la Agencia Jíbaro Photos desde el 2020. Fotorreportero de la revista Opus Habana (2016-2019). Entre los reconocimientos obtenidos se encuentran el Gran Premio de la Fototeca de Cuba y la Beca de Creación Alfredo Sarabia al ensayo La enfermedad sobre la enfermedad. Su proyecto Vida interior recibió mención en la Beca de Creación Fotográfica Raúl Corrales (2018), otorgada por la Fototeca de Cuba. Su más reciente muestra personal Verbo de perro tuvo lugar en la 17 Muestra Joven del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos. Ha participado en múltiples exposiciones colectivas, nacionales e internacionales.

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