La última vez que visité la finca La Esperanza, en Las Tunas, fue en el año 2022, meses antes de emigrar de Cuba. El sitio es mágico, recóndito y totalmente pacífico. La finca está alejada de la ciudad, a más de 20 kilómetros de Amancio Rodríguez, el pueblo más cercano. No existen carreteras ni caminos para llegar hasta allí, simplemente un sendero entre la vegetación.

La vida en el campo es, sin duda, una vida llena de paz y sosiego, pero al mismo tiempo es dura y exigente. Un día a día sin descanso. Cada madrugada los habitantes de la finca se levantan para ordeñar las vacas, cuidar de los caballos, alimentar a los cerdos y las gallinas, y luego trabajan en los sembrados durante largas horas bajo el sol, cultivando los frijoles y el arroz que pondrán luego en la mesa.

Las largas horas sin electricidad son desesperantes, el agua escasea y hay que ingeniárselas para conseguirla; la comunicación puede ser inexistente y, a menudo, tienen que caminar largas distancias para encontrar a alguien.

Para los jóvenes es un dilema. Aman el lugar y reconocen la belleza de la naturaleza que los rodea: el río, la presa, la montaña. Sin embargo, no sienten deseos de continuar trabajando la tierra. Los adultos, aunque tienen poco tiempo para aburrirse, pues las labores ocupan casi todo el día, saben que no podrán hacer los mismos esfuerzos toda la vida y temen tener que abandonar el lugar para mudarse a un sitio más céntrico.

Amanecer en la presa (Foto: Yinet Pereira Díaz).

Cerdo en la finca (Foto: Yinet Pereira Díaz).

Pobladores pescando en la presa (Foto: Yinet Pereira Díaz).

Baño en la presa junto a los perros (Foto: Yinet Pereira Díaz).

Caballo pastando en los terrenos de la finca (Foto: Yinet Pereira Díaz).

Descanso después de la cosecha (Foto: Yinet Pereira Díaz).

Junto a perros cuidadores en la presa (Foto: Yinet Pereira Díaz).

Perro cuidador en las orillas enlodadas de la presa (Foto: Yinet Pereira Díaz).

Habitantes del lugar en los márgenes de la presa (Foto: Yinet Pereira Díaz).

Reflejos en la presa (Foto: Yinet Pereira Díaz).

Vacas entrando a la finca al atardecer (Foto: Yinet Pereira Díaz).

Sobre el autor

Yinet Pereira Díaz

La Habana (1994). Artista visual. Licenciada en Filosofía por la Universidad de La Habana. Graduada del Máster de Fotografía y Videoarte de la Escuela Mastermedia en Valencia. Finalista de la VII Bienal Nacional de Fotografía Alfredo Sarabia in Memoriam (2015). Seleccionada por la galería ArteMorfosis como una de las diez finalistas del concurso Prisma III de arte y criptomercado cubano, y por la Galería Taller Gorría para su exhibición bienal ‘Puzzle: repasos al arte joven’ (2021).

Un comentario

  • Maravilloso lugar!! A mí me hablan de campo cubano y me siento en casa de nuevo!! Excelentes fotografías!!

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