Armando Rojas, más conocido como Rojas, agrónomo y apasionado de la biología, lleva más de veinte años dedicando su vida al proyecto El Rincón del Cristo.

Ubicado en La Habana, específicamente en la localidad de Casa Blanca, la finca El Rincón del Cristo es un proyecto agroecológico fundado en el año 2000, emplazado en lo que antiguamente era un basurero de grandes dimensiones. Su propósito fundamental consiste en desarrollar espacios verdes donde las personas puedan encontrar productos para una alimentación sana y recrearse.

A pesar de las dudas y las negativas que recibió de la comunidad y las autoridades del territorio, Rojas y algunos amigos, con el apoyo del entonces Historiador de La Habana Eusebio Leal Spengler, comenzaron una limpieza profunda del terreno. Inmediatamente sus acciones llegaron a oídos de la vecindad y no demoraron en incorporarse varias manos.

El Rincón del Cristo apuesta por el policultivo, cada una de las plantaciones incide a nivel orgánico y molecular en el desarrollo de las otras (el plátano aporta potasio al suelo, el frijol aporta nitrógeno, etc., constituyendo así una cadena evolutiva vegetal). Estructuralmente el proyecto ha desarrollado un sistema de mesetas y terrazas rocosas que evita la degradación de suelos e incrementa la concentración de materia orgánica para aumentar las producciones.

De manera paralela al nacimiento de este proyecto tuvo lugar la Bienal de La Habana. El comité organizador de la Bienal entró en contacto con Rojas y varios artistas contribuyeron al desarrollo de la finca, considerándola a partir de ese momento como una expresión del arte ecológico. Creadores nacionales e internacionales expusieron sus propuestas en torno a las relaciones cuerpo-naturaleza, religiosidad y ambiente natural.

Actualmente en El Rincón del Cristo se imparten talleres sobre plantas medicinales, saneamiento ambiental, reforestación, excursiones de senderismo, entre otras actividades. Poco a poco el proyecto fue abriendo sus puertas al turismo, factor decisivo para la autosostenibilidad económica del mismo. Niños, jóvenes y adultos se interesan por las grandes riquezas que ofrece este espacio natural y junto a sus creadores contribuyen a realizar actividades de impacto en la comunidad de Casa Blanca.

De espacio marginado y residual, El Rincón del Cristo se ha convertido en escenario de manifestaciones artísticas como el land art y el performance. Lograr una comunidad enteramente autoabastecida de productos agroecológicos es el sueño de sus creadores.

Rojas en la entrada de la finca El Rincón del Cristo, Casa Blanca (Foto: Omar Meralla Cruz).

Rojas explicando las propiedades curativas de una planta (Foto: Omar Meralla Cruz).

Muestra la cisterna de la finca, donde tiene pensado hacer un mirador (Foto: Omar Meralla Cruz).

El agrónomo prepara este sitio para hacer una piscina natural (Foto: Omar Meralla Cruz).

Rojas enseña a preparar el maracuyá para su consumo (Foto: Omar Meralla Cruz).

La frutabomba es otro de los cultivos presentes en la finca (Foto: Omar Meralla Cruz).

Rojas muestra la producción de pepinillos (Foto: Omar Meralla Cruz).

Sembrado de plátano y maracuyá (Foto: Omar Meralla Cruz).

Baño ecológico de la finca, que presta servicio a los visitantes del Cristo de La Habana, Casa Blanca (Foto: Omar Meralla Cruz).

Cueva donde comienza la ruta del esclavo (Foto: Omar Meralla Cruz).

Entrada al sendero de la finca; en una mesa se disponen libros para la venta a los visitantes del lugar (Foto: Omar Meralla Cruz).

Armando Rojas muestra una hermosa vista de La Habana (Foto: Omar Meralla Cruz).

Sobre el autor

Omar Meralla Cruz

La Habana (1993). Fotógrafo autodidacta. Graduado de la Casa del Fotógrafo Cabrales del Valle (2019). En 2022 fue parte del proyecto de fotografía Witness Photoworkshop Cuba. Se define como un fotógrafo con interés en proyectos documentales sobre las peculiaridades de los cubanos.

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