Las parrandas de Zulueta surgieron alrededor del año 1894 y se celebran actualmente cada 31 de diciembre. La fiesta es una competencia amistosa entre dos barrios: La Loma (Chivos) y Guanijibes (Sapos), representados por los colores rojo y azul. Al ritmo de conga ferviente y contagiosa se saludan los mencionados oponentes con un espectáculo de cohetes voladores de fondo.

Un elemento muy importante y extraordinario de las parrandas son las carrozas; obras de arte producidas gracias al ingenio, talento y sacrificio de los pobladores durante un año entero.

A medida que avanza la jornada y llega la noche la atmósfera se torna muy densa. El inolvidable olor a pólvora y el retumbe de los incesantes morteros se adueñan de Zulueta hasta el amanecer; gran variedad de fuegos artificiales y efectos lumínicos deslumbran a todos los parranderos. Las emociones desbordan a los competidores que se disputan el mejor puesto entre pancartas, consignas y jaranas. Al final ganan todos por su devoción, respeto y solidaridad, logrando mantener viva tan ilustre y centenaria tradición, nombrada por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Artilleros del barrio Los Sapos reabasteciendo voladores. Zulueta, Villa Clara (Foto: Alberto Morales).

Personas observando desde los portales el lanzamiento de los fuegos. Noche de parrandas en Zulueta (Foto: Alberto Morales).

Varias cuadras del barrio La Loma repletas de tableros con voladores antes del amanecer (Foto: Alberto Morales).

Último espectáculo de voladores del barrio La Loma. Al estallar, toman diversas direcciones (Foto: Alberto Morales).

Artilleros lanzando con morteros (Foto: Alberto Morales).

Artilleros y pobladores festejan cuando finaliza el fuego de los voladores (Foto: Alberto Morales).

Artillero celebra durante una oleada de voladores (Foto: Alberto Morales).

Artillero impresionado por la magnitud del fuego (Foto: Alberto Morales).

Junto a la carroza, los pobladores observan los fuegos (Foto: Alberto Morales).

Joven artillera del barrio Los Sapos recibe municiones para el mortero (Foto: Alberto Morales).

Restos de voladores en las calles del pueblo al día siguiente (Foto: Alberto Morales).

Impresionante vista de terreno con morteros y voladores. En el fondo, se observan artilleros trabajando y una carroza (Foto: Alberto Morales).

Sobre el autor

Alberto Morales

La Habana (1988). Fotógrafo profesional. Apasionado del retrato y la fotografía documental. Graduado de la Escuela de Fotografía Creativa de La Habana (EFCH). Obtuvo el Gran Premio Salón Panorama 42 del Centro Provincial de Artes Plásticas, La Habana, por la serie ‘Las Parrandas’.

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