El paseo marítimo flotante de La Habana, ubicado frente a la Alameda de Paula, en la Avenida del Puerto, fue inaugurado en el año 2014. Recuerdo la imagen del puente repleto de personas en aquellas fechas; un escenario diverso con un punto en común: el lugar era perfecto para salir a despejar un poco. Las parejas enamoradas lo frecuentaban constantemente; todavía queda algún candado como testigo de tantas escenas románticas. Lo visitaban familias enteras. Los niños corrían de un lado a otro. Grupos de amigos se sentaban a lo largo del puente. Los pescadores también encontraban su sitio.

El paso del tiempo, el salitre, el clima, la negligencia de algunos ciudadanos, así como la falta de mantenimiento no han perdonado el encanto del muelle. Hoy encontramos un puente en deterioro, en peligro. El lugar no deja de ser una atracción, principalmente para los aficionados a la pesca, la mayoría niños de la zona, algunos en compañía de familiares, otros sin la supervisión de un adulto.

Lo que pudiera parecer un bonito panorama se vuelve impactante, pues los pequeños han aprendido muchas “mañas” del oficio; pasan horas entre los tabloncillos del puente con la carnada en el agua, parecieran esquimales por la manera en que rodean los huecos, en espera, hasta que los peces pican y todo se vuelve algarabía por lograr la recompensa ansiada. Llenan sus cubitos con pescados frescos: “Y eso que no estamos en la temporada buena”, esclarece alguno. “El próximo que saque va a ser de dos libras”, asegura otro.

Es fácil interactuar con ellos, son genuinos, cuentan historias de las cosas que viven todos los días allí, son niños valientes, laboriosos desde pequeños, y son competitivos. Ellos saben que no pueden entrar al agua, que no deben lanzarse a nadar, pero eso no los frena. No todos lo hacen, pero el que no se moja ahí está para animar. Son niños de isla, que aman el mar y sus beneficios, pero no dejan de ser pequeños que aún deben ser educados y cuidados.

Vista general del puente flotante en la Avenida del Puerto de La Habana. Jóvenes dedican la tarde a pescar en el lugar, la contaminación de la bahía no parece limitarles (Foto: Jorge Bonet).

La rampa de entrada al puente flotante se encuentra bastante deteriorada (Foto: Jorge Bonet).

Los pescadores aprovechan los tablones rotos para pescar a través de ellos en las oscuras aguas de la bahía (Foto: Jorge Bonet).

Uno de los niños muestra lo que ha pescado (Foto: Jorge Bonet).

Los niños entran y salen del agua aprovechando los agujeros de los tablones rotos (Foto: Jorge Bonet).

Un joven recoge anzuelo para ver qué ha pescado (Foto: Jorge Bonet).

Muchachos salen del agua a través de los tablones rotos; otro pesca a menos de un metro de distancia (Foto: Jorge Bonet).

Varias personas pescando y recogiendo carnada para sus anzuelos en las zonas rotas del puente flotante. Las carnadas consisten en conchas y caracoles (restos de moluscos) que se adhieren a las vigas húmedas o bordes del puente (Foto: Jorge Bonet).

Jóvenes saltan al agua desde el puente flotante mientras otros observan, no los detienen el riego o la prohibición (Foto: Jorge Bonet).

Un joven aprovecha la infraestructura del puente para subir desde el agua (Foto: Jorge Bonet).

Asoma el ocaso, mientras los jóvenes compiten por ver quién hace el salto más alto hacia la Bahía de La Habana (Foto: Jorge Bonet).

Un adolescente descalzo salta charcos en la avenida a la salida del puente flotante, mientras el cielo muestra sus acordes de colores después de la lluvia (Foto: Jorge Bonet).

Sobre el autor

Jorge Bonet

La Habana (1990). Fotógrafo y realizador audiovisual. Se especializa en Laboratorio e Imagen en el año 2009. En el año 2015 realiza su primera exposición colectiva promovida por el movimiento cultural TEN-Diez. Ese mismo año expone en la XIII Bienal Internacional de Fotografía de Tenerife. A finales de 2016 presenta su primera muestra íntegra en la Sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés, el proyecto "Cuba: El secreto que esconde", con más de cuarenta fotografías monocromáticas, tomadas durante varios viajes realizados a la Isla del Caribe durante ese mismo año. Actualmente reside en La Habana.

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