La mañana del 27 de septiembre de 2022 fue ordinaria para mí. La tranquilidad de mi cuarto me hacía dudar sobre la cercanía del huracán. Vivo muy cerca del litoral habanero, a unos escasos metros del muro del malecón, y aunque sentía un poco de viento nada parecía tan alarmante como para no salir con mi cámara, como de costumbre.

Luego de andar un rato por los barrios que siempre frecuento, percibo fuertes rachas de viento a intervalos, mientras escucho los sonidos de fragmentos de zinc y otros objetos en la calle, probablemente arrancados de techos y balcones. En muchas esquinas había escombros y en los parques se acumulaban ramas y árboles caídos.

En mi itinerario puede contactar con jóvenes voluntarios de la Cruz Roja cubana que realizaban la evacuación de familias vulnerables. También visité un albergue en la calle Corrales, donde se encontraban personas afectadas por los vientos y las lluvias.

Casi en la noche recorrí el barrio Los Sitios, afectado por el apagón total que se extendió por más de 12 horas en todo el país tras el paso del huracán.

Las personas aprovechan los intervalos de calma para salir a la calle en busca de alimentos (Foto: Manuel Almenares).

Un joven se refugia de la tormenta en el área común de una comunidad de vecinos en La Habana Vieja (Foto: Manuel Almenares).

Miembros de la Cruz Roja cubana junto a la empresa provincial de transporte de la capital realizan labores de evacuación de familias vulnerables (Foto: Manuel Almenares).

En el interior de un albergue en la calle Corrales, una familia pasa la tormenta. Las paredes de cartón y la estructura del lugar se ven afectadas por las ráfagas de viento (Foto: Manuel Almenares).

En una de las secciones de este albergue se filtran las lluvias asociadas al huracán (Foto: Manuel Almenares).

Retrato de una niña en Centro Habana. A pesar del peligro, muchas personas salen a la calle en los momentos de calma (Foto: Manuel Almenares).

En el barrio Los Sitios una familia pasa la tormenta resguardada en su hogar (Foto: Manuel Almenares).

En la madrugada del miércoles 28 de septiembre comienzan las inundaciones en las partes bajas del litoral habanero (Foto: Manuel Almenares).

En la mañana del 28 de septiembre continúa la zona de Centro Habana sin servicio eléctrico. Una vecina de la calle San Lázaro coloca sobre los muebles objetos de valor para protegerlas de la inminente penetración del mar (Foto: Manuel Almenares).

Destapan el sistema de alcantarillado para un mejor drenaje de las zonas inundadas en la avenida Malecón (Foto: Manuel Almenares).

Sobre el autor

Manuel Almenares

La Habana (1992). Es miembro asociado de la Agencia Jíbaro Photos desde el 2020. Fotorreportero de la revista Opus Habana (2016-2019). Entre los reconocimientos obtenidos se encuentran el Gran Premio de la Fototeca de Cuba y la Beca de Creación Alfredo Sarabia al ensayo La enfermedad sobre la enfermedad. Su proyecto Vida interior recibió mención en la Beca de Creación Fotográfica Raúl Corrales (2018), otorgada por la Fototeca de Cuba. Su más reciente muestra personal Verbo de perro tuvo lugar en la 17 Muestra Joven del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos. Ha participado en múltiples exposiciones colectivas, nacionales e internacionales.

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