A más de 72 horas del inicio del incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, los cuatro depósitos de combustible han sido afectados por el fuego, el cual aún no se ha podido apagar.

Periodismo de Barrio responde varias preguntas esenciales para comprender cómo estaba diseñado el sistema antiincendios en la Base y de qué manera debió haber funcionado para evitar que se descontrolara el fuego.

¿Cómo funcionan los sistemas contra incendios?

El almacenamiento de combustibles se realiza usualmente en grandes tanques cilíndricos de acero, ubicados en instalaciones creadas para este fin, explican el Doctor Eric Cabrera Estupiñán y el ingeniero Alejandro Alomá Barceló en una serie de artículos publicados en la revista Ingeniería Hidráulica y Ambiental.

Debido al alto volumen de combustible que se encuentran en estos lugares, los sistemas contra incendios (SCI) toman en cuenta todos los riesgos posibles y situaciones que se puedan presentar, incluida la posibilidad de que el fuego pueda comenzar en uno de los depósitos y extenderse a los demás.

En sentido general, los SCI cuentan con reservas de agua; estación y equipos de bombeo; rociadores, cámaras de espuma e hidrantes; equipos de presurización de la línea; redes de tubería; y suministradores de líquido espumógeno.

En una conferencia de la Asociación Mexicana de Hidráulica, el Dr. Cabrera explicaba que existen dos tipos de acciones en los SCI: la de enfriamiento y la de extinción. La primera tiene como fin proteger la estructura del tanque para que no pierda su integridad durante el fuego, mientras que la segunda consiste en apagarlo.

El sistema se construye mediante mallas de tuberías hidráulicas que crean anillos de protección alrededor de los tanques y cumplen la función de enfriar sus estructuras. Cuando se produce un incendio, existen detectores y sensores de humo y temperatura que activan un sistema automático. En este, el agua pasa desde la reserva hacia una estación de bombeo para proporcionarle presión al fluido.

También se cuenta con una salida hacia un dosificador de espuma, el cual, por una parte, obtiene agua del sistema presurizado y, por otra, líquido espumógeno. Las tuberías que transportan ambas sustancias se encuentran conectadas a una cámara de espuma que se encarga de airear la mezcla e introducirla en el tanque.

A medida que comienza a haber mayor cantidad de espuma dentro del depósito incendiado, el fuego pierde terreno y termina aislado.

Componentes de un sistema contra incendios (Fuente: Conferencia del Doctor Eric Cabrera Estupiñán ante la Asociación Mexicana de Hidráulica).

Componentes de un sistema contra incendios (Fuente: Conferencia del Doctor Eric Cabrera Estupiñán ante la Asociación Mexicana de Hidráulica).

Sin embargo, el SCI no contempla solo el enfriamiento y extinción del depósito con fuego, sino que además debe tener en cuenta los depósitos de combustible que se encuentran lo suficientemente cerca del tanque incendiado, como para recibir daños derivados del calor que emana y que pueden conducir a que también se incendien.

Este análisis es conocido como vecindad entre tanques y es empleado con el objetivo de definir las zonas a proteger de la radiación térmica producida por el incendio. La protección se ejecuta automáticamente mediante el enfriamiento total o parcial de las paredes de los “tanques vecinos”, argumentan Cabrera y Alomá en el primer artículo de la serie.

¿Qué es la radiación térmica y de qué factores depende?

La radiación térmica es un tipo de radiación electromagnética en la que se transmite calor de un cuerpo a otro, define la Enciclopedia de Energía. Esta es emitida por cualquier material con una temperatura mayor al cero absoluto y su transferencia entre dos cuerpos puede ocurrir incluso cuando existe un medio más frío entre ambos.

Para los incendios en depósitos de combustible, la magnitud de esta radiación dependerá de diversos factores dentro de los que se encuentran las propiedades del combustible, las características de la llama y los procesos químicos implicados en la combustión, especifican Cabrera y Alomá.

Al mismo tiempo, en la radiación recibida por el otro tanque influyen su tipo, dimensiones, ubicación, orientación respecto a la llama y las condiciones atmosféricas como la humedad, el viento y el dióxido de carbono.

¿Cómo se diseñó el sistema de la Base de Supertanqueros de Matanzas?

La Base de Supertanqueros de Matanzas posee una capacidad aproximada de 800 000 metros cúbicos (m3) de combustible. Su SCI se basa en sistemas fijos de suministro de líquido espumógeno y redes de espuma, además de contar con tanques de agua de 5 000 m3, cisternas y estaciones de bombeo, precisaba el Dr. Cabrera en la conferencia ante la Asociación Mexicana de Hidráulica.

Uno de los criterios principales para el diseño del SCI de la Base fue la premisa de que era muy poco probable que ocurrieran dos incendios con características diferentes en zonas distintas, sino que la posibilidad era un solo incendio que podría extenderse. Por ello, se diseñó un solo SCI para todo el lugar y, posteriormente, se evaluaron los diferentes escenarios que podrían comprometer su funcionamiento.

Así, se sustituyeron tuberías de menor capacidad por otras que permitían el paso de un caudal mayor de agua, de manera que no se redujera el flujo al pasar de un lado a otro. De igual forma, los tanques contaban con 122 aspersores en el nivel superior y 130 en los niveles intermedio e inferior, con una capacidad, en el caso de los del nivel superior, de un litro de agua por segundo.

En una simulación realizada para evaluar la efectividad del sistema se concluyó que la cantidad de agua almacenada garantizaba el abasto para toda la base en caso de incendio.

¿De qué manera debía funcionar el SCI de la Base?

Los estudios realizados para la implementación del SCI de la Base simularon un incendio de tres horas, durante las cuales los primeros 55 minutos se destinaron a realizar acciones de enfriamiento y extinción, mediante el empleo de agua y espuma, y el resto del tiempo se llevaron a cabo solo labores de enfriamiento.

El Dr. Cabrera comenta que esta distribución se debió a la necesidad de evaluar las reservas de agua de la Base después de la primera hora de funcionamiento del Sistema. Los resultados obtenidos mostraban que no había necesidad de emplear el agua de las cisternas hasta después de más de dos horas y que al terminar las tres horas aún se contaba con 1410.5 m3 de agua en cada una de ellas.

Hasta el momento las autoridades cubanas no han ofrecido explicaciones acerca de por qué el SCI de la Base no funcionó de manera apropiada. En la tarde del lunes Periodismo de Barrio conversó en entrevista exclusiva con el Dr. Cabrera y el Ing. Alomá acerca del SCI implementado en la Base.

Sobre el autor

Olivia Marín Álvarez

Doctorante en Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma Metropolitana de Ciudad de México. Máster en Relaciones Internacionales por la misma Universidad (2018). Graduada de Periodismo por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2012).

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