La Habana se derrumba y su agonía es lenta y silenciosa. No hay focos, no hay víctimas, no hay gritos, sino una larga espera.

San Cristóbal de La Habana, como el conquistador Diego Velázquez de Cuéllar le dio por nombre en 1519, alcanzó un esplendor arquitectónico y urbanístico sin igual durante los escasos 56 años de la República. Hoy se desintegra en una absurda espera con la misma cadencia e intensidad que sus habitantes.

La ciudad no es solo el escenario donde básicamente transcurre nuestra existencia, sino también el lugar donde conformamos nuestro espectro de perspectivas, nuestra orientación espacial, nuestra relación con el exterior y nuestra apreciación estética. La ciudad es causa y consecuencia del devenir de sus habitantes.

Las últimas seis décadas de existencia de La Habana no deben percibirse en TIEMPO, sino en ESPERA. La Habana se ha quedado atascada en la apatía, la conformidad, el olvido, el detrimento y el desprecio.

Nací y crecí en La Habana. Mi vínculo emocional con mi ciudad natal ha resistido los estragos de la distancia: he pasado más de la mitad de mi vida fuera de Cuba. En los últimos años he trabajado en una serie fotográfica dedicada a ella, donde lejos de difundir una idea frívola de la destrucción, pretendo dar testimonio de La Habana del siglo XXI.

Sombras y luces en un pórtico de la calle Monserrate. Habana Vieja (Foto: Damaris Betancourt).

Un anciano discapacitado a la entrada del edificio América en Galiano Nº 257. Centro Habana (Foto: Damaris Betancourt).

Taquillera del Cine Riviera a la venta de entradas para la función vespertina. El Vedado (Foto: Damaris Betancourt).

Vigilante en la recepción del Edificio Bacardí. Habana Vieja (Foto: Damaris Betancourt).

La cocina de Yahíma. El Vedado (Foto: Damaris Betancourt).

Buzones vacíos en un edificio en la calle Reina. Centro Habana (Foto: Damaris Betancourt).

Vigilante en el vestíbulo de la Gran Logia de la Isla de Cuba. Centro Habana (Foto: Damaris Betancourt).

Vidriera de una tienda de confecciones en la calle Reina. Centro Habana (Foto: Damaris Betancourt).

Cafetería de la tienda “Ten Cents” en la calle Galiano y San Rafael. Centro Habana (Foto: Damaris Betancourt).

Un pasajero espera en el andén número 2 de la Estación Central de Ferrocarriles. Habana Vieja (Foto: Damaris Betancourt).

Atardecer en Paseo del Prado y Virtudes (Foto: Damaris Betancourt).

Sobre el autor

Damaris Betancourt

La Habana (1970). Fotógrafa cubano-suiza de formación autodidacta. Luego de dos años de educación superior en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, decidió dedicarse a la fotografía, profesión que mantiene hasta hoy. En 1993 se asienta en Zúrich, donde continúa su formación visual mediante la colaboración en proyectos cinematográficos y periodísticos, la mayoría de ellos relacionados con Cuba. Sus trabajos se publican en diversos medios de comunicación suizos desde hace más de veinte años. Cerca de una decena de exposiciones y cuatro libros tiene en su haber profesional: ‘Diez días en Mazorra’ (Rialta, 2021) es el más reciente.

Deje un comentario