Entre los antiguos bateyes que conforman los asentamientos de la costa sur de Matanzas, en lo más intrincado de la Ciénaga de Zapata, se hallan Maneadero y El Vínculo, actualmente ruinas deshabitadas.
San Cristóbal de Maneadero, nombrado así en sus orígenes, se encuentra aproximadamente a 24 kilómetros de Santo Tomás, único batey poblado en existencia. Es una sombra, un nido de monte, un recuerdo en la leyenda de los montunos de la zona. Todas las viviendas, que en su construcción original eran de madera, desaparecieron. Queda en pie solo la estructura de mampostería de lo que fue la tienda de víveres.
Desde Playa Larga, cabecera municipal, llegar a los bateyes demora varias horas. El viaje se efectúa en una especie de motor de dos o tres ruedas conocido popularmente como riquimbili. El camino es sinuoso y atraviesa zonas de bosque tupido y maleza.
Luego de casi cuarenta minutos de viaje desde Santo Tomás, te encuentras con los únicos restos de lo que fue un asentamiento de “chuchos” (carboneros de la Ciénaga) y familias incorporadas a la quema del carbón. El claro de Maneadero, la ruina en pie que persiste junto al agujero de un pozo de agua, es hoy refugio de paso para los monteros.
Al igual que en El Vínculo, junto a la esquela de mampostería, los monteros levantaron pequeños campamentos de tránsito. Únicos sobrevivientes de este inhóspito paisaje.
Fotos muy buenas. Testimonio del abandono total en que se ha convertido cada rincon de Cuba…