En Bejucal, municipio de la provincia de Mayabeque, el agua llega a las casas en días alternos. El 14 de julio, por el grifo de Caridad Pérez salió un líquido turbio y putrefacto. ¡Esto es agua de fosa!, dijo. Y enseguida avisó a sus vecinos de la calle 16.

Ella tiene la costumbre olerlo todo: las pizzas y los refrescos, los panes y jugos, el café. Se acerca el alimento y olfatea con discreción. Si lo que huele no la convence, ahí termina. Lo mismo hace con el agua. A Caridad le gusta cuando el agua huele a cloro, porque está limpia.

Ese día ni siquiera necesitó pegar la nariz para darse cuenta de que el agua, con la que pretendía llenar los tres tanques que tiene en su casa, salía podrida.

Primero llamó a Noslen, su vecino de los altos, y a la doctora que vive en la puerta contigua porque ella tiene un niño pequeño. Entre todos corrieron la voz por el barrio, pues quienes tenían cisternas no habían visto lo que pasaba y se la podían tomar.

Noslen García (Foto: Julio Batista)

Noslen García (Foto: Julio Batista)

Noslen García recuerda que tuvieron que dejar correr el agua por casi dos horas hasta que las tuberías se limpiaron. “¡Esto es simplemente inaceptable! Acabamos de darnos cuenta por un grupo de vecinos de que el agua que hoy sale por las tuberías de Bejucal es albañal, es decir, agua de fosa. Tiene exactamente la misma peste a orine y mierda”, posteó más tarde en su muro de Facebook.

Tres días antes, una tupición de la red de alcantarillados y un aguacero torrencial habían llenado el patio de La China, como conocen a Caridad, de aguas pestilentes y negras. Pero que el alcantarillado se desborde por una obstrucción no debería afectar el agua potable. Al menos no en teoría.

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Bejucal es el único municipio de la provincia Mayabeque que posee alcantarillado en todo el casco urbano: 22,5 kilómetros de redes que descargan a una de las escasas plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas emplazadas en Cuba y que data de los años 40 del pasado siglo.

Katia Caraballo, jefa de la Sección de Recursos Hidráulicos del Consejo de la Administración Municipal de Bejucal, precisa que el acueducto se construyó en 1941 y comenzó a explotarse ininterrumpidamente entre 1943 o 1944. Aunque originalmente las redes de abasto de agua fueron instaladas de hierro fundido, debido a las reparaciones hechas a través de los años, hoy coexisten tramos de hierro, asbestocemento y polietileno de alta densidad (PAD).

Según Katia, quien se graduó como Ingeniera Hidráulica en 1990 y desde entonces ha trabajado en esta rama en el municipio, el periodo de vida útil del hierro fundido es de 25 años —como máximo—, y el del asbestocemento, de hasta 12.

En 75 años de explotación ininterrumpida, las redes del acueducto bejucaleño nunca han recibido una reparación capital.

En 2018, tanto Katia como Mauris Fernández, actual director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Aguas de Bejucal, explican que la red, en diversos puntos, tiene “entrecruzamientos”. El entrecruzamiento es la manera en que llaman a la contaminación de las tuberías de agua potable con los residuales del alcantarillado que llegan allí por el mal estado de las redes.

Usualmente, los casos de contaminación comienzan con tupiciones en el sistema sanitario. Al suceder esto, las aguas albañales se desbordan e inundan el espacio de las redes de acueducto. Como en Bejucal el agua llega en días alternos, cuando las tuberías están vacías aspiran las aguas albañales a través de las fisuras y, cuando el servicio se restablece, arrastra los desechos acumulados hasta las casas.

Estos entrecruzamientos suceden con mayor frecuencia durante los meses del periodo húmedo, cuando las lluvias hacen colapsar el sistema de alcantarillado con más rapidez, confirma la ingeniera Zaily Morales Lee, Especialista Principal de Aguas de Bejucal. “Además, esta es una red que está sobreexplotada, pues la población ha crecido y la red no se ha ampliado”, explica.

Según el Censo de Población de 1943, en todo el municipio de Bejucal vivían 10 405 habitantes. Datos de la Oficina de Estadísticas de Bejucal arrojaron que para 2012, solo en el casco urbano, se contabilizaron 17 519.

A la población total, Mauris Fernández suma el problema de la cría y matanza de cerdos en las casas del municipio, aunque el Decreto 272 de 2001 del Consejo de Estado prohíbe tales prácticas en espacios urbanos. “La red de alcantarillado está pensada para el agua residual de las casas, no para los restos de comida y excrementos de cerdo que van a parar ahí. Eso influye en que se recargue el sistema”.

Para él, uno de los mayores problemas también es la indisciplina social. “De los registros hemos sacado cualquier cosa: sacos con mondongo de puerco, velocípedos de niños, culeros desechables o baterías de carro; y esas no son cosas que usted bota por el baño de su casa”.

Muchas de las obstrucciones ocasionadas por este motivo no pueden solucionarse manualmente por los siete hombres con los que cuenta Aguas de Bejucal para este tipo de trabajo y deben emplearse carros de alta presión para eliminarlas. Pero la fuerza de esos equipos va debilitando las viejas redes y puede producir fracturas en los tubos, o las uniones de estos, explica Mauris.

En el poco mantenimiento también incide la falta de equipos especializados, añade. En toda la provincia de Mayabeque solo hay tres carros de alta presión dedicados a la limpieza de fosas y a solucionar obstrucciones del sistema de alcantarillado. A Bejucal, según el plan de trabajo, el carro llega los segundos y cuartos martes del mes, y su principal función actualmente es la limpieza de fosas.

En su casco urbano, el municipio posee 596 registros de alcantarillado y un carro podría limpiar hasta 10 registros por día si solo se dedicara a ello.

Los bajos salarios tampoco ayudan a que la gente se mantenga demasiado tiempo en los puestos.

Aunque el deterioro de las redes es conocido y están ubicados algunos sitios donde ocurre el entrecruzamiento, Aguas de Bejucal no puede realizar el recambio de la red.

La empresa no posee un presupuesto del Estado para su trabajo, debe generar ingresos propios para sustentarse y únicamente recibe apoyo con el subsidio de la electricidad que emplea en el bombeo del agua. Las reparaciones en la red, así como las limpiezas de registros y zanjas, son contratadas y pagadas a través del gobierno municipal.

Para reparaciones de gran envergadura o instalación de nuevas obras hidráulicas es necesario contratar a empresas especializadas o a otras dependencias con mayores recursos. Por ejemplo, la instalación de la nueva conductora que conecta a Bejucal con los pozos de Bijirita —ubicados en el Rincón— estuvo a cargo de Aguas de La Habana.

Tras la instalación de la nueva conductora se ha regularizado el servicio de agua y ha surgido otro problema. Ahora la red de acueducto, además de las fisuras de los años y la falta de mantenimiento, sufre también por el aumento de la presión del agua bombeada, que favorece la aparición de roturas en las desgastadas tuberías, explica Katia Caraballo.

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Desde hace más de un mes en el barrio Tres Minutos el agua llega contaminada sin que existan obstrucciones del alcantarillado (Foto: Julio Batista)

Desde hace más de un mes en el barrio Tres Minutos el agua llega contaminada sin que existan obstrucciones del alcantarillado (Foto: Julio Batista)

En la calle 16, casi en el centro de Bejucal, donde viven Noslen y La China, nunca antes el agua potable se había contaminado. Al menos, no que ellos lo notasen. Sin embargo, en Tres Minutos, que esto suceda no es una novedad para los vecinos. También al Noroeste del municipio se han reportado casos de contaminación de las aguas en otras ocasiones.

Tres Minutos es un barrio dentro del consejo popular Los Malayos, el más habitado de los dos que componen el casco urbano de Bejucal con una población de 10 358 personas según los datos del Censo de 2012. El barrio mismo semeja un cuadrilátero en la esquina Oeste del municipio, definido por las calles 18 y 24, y la 19 y Final.

Hasta ese espacio que agrupa 20 manzanas, el punto más bajo del pueblo, van a parar los albañales antes de seguir su camino hacia La Mojonera, nombre que los bejucaleños le han dado desde siempre a la planta de tratamiento de aguas residuales urbanas.

Allí el alcantarillado también colapsa con más frecuencia.

Michel Mederos vive casi al final de la calle 24, en la zona más intricada del Tres Minutos. “Este problema empezó el año pasado con una tupición que contaminó toda el agua”, cuenta. Para solucionar aquella obstrucción tuvieron que excavar en la vía y sustituir un tramo de casi diez metros de tubería. Por un tiempo, todo se resolvió.

En junio de 2018, el agua llegó de nuevo infectada con residuos albañales. Esta vez, sin que el alcantarillado estuviera obstruido.

Los vecinos se han quejado en Aguas de Bejucal, en el Gobierno y la Fiscalía municipal, sin que la situación cambie mucho. “Cuando vinieron nos dijeron que no cogiéramos agua el día que no tocaba por plan —por los problemas en las válvulas que regulan las redes de acueducto, en Tres Minutos el agua llega diariamente, aunque el plan sea en fechas alternas. Pero, si un día viene contaminada, quién asegura que al día siguiente no lo estará”, dice Michel.

En el barrio muchos vecinos han optado por separar sus cisternas de las entradas de agua para evitar que se contaminen; otros, como Clara López —vecina de Michel—, van a buscar el agua de beber hasta la comunidad del BioCen (Centro Nacional de Biopreparados); y hay quienes esperan con paciencia hasta que el agua comienza a salir de las tuberías, aparentemente, más limpia.

Clara cree que “si nos hicieran pruebas en el barrio, con todos los parásitos que debemos tener dentro podrían armar un zoológico”. Pero esa es solo una sospecha.

En noviembre de 2010, la Revista Habanera de Ciencias Médicas publicó el artículo “Enfermedad diarreica aguda y su relación con la calidad del agua de consumo. Bejucal 2003-2007”. El objetivo central de la investigación era “establecer la posible relación existente entre la morbilidad por enfermedad diarreica aguda [EDA] y la calidad sanitaria del agua de consumo en el municipio de Bejucal en el quinquenio 2003-2007”. Para ello se emplearon, como muestra, los 11 048 casos atendidos por EDA en el municipio en ese periodo de tiempo.

La población más afectada por las enfermedades diarreicas agudas en ese intervalo de tiempo fue, justamente, la que habitaba en zona urbana, a pesar de contar con servicio de alcantarillado en el área; y la potabilidad del agua en ese periodo no alcanzó nunca los niveles requeridos. El estudio diagnosticó que “la Potabilidad y los casos de EDA están relacionados inversamente; sin embargo, con los datos que se poseen, no se puede afirmar que esta correlación sea significativa”.

Los riesgos para la salud por la contaminación del agua potable con desechos albañales son considerables. Según el estudio “Efectos sobre la salud de la contaminación de agua y alimentos por virus emergentes humanos”, “entre los virus que infectan al hombre existen muchos tipos diferentes que se excretan en grandes concentraciones en las heces de personas con gastroenteritis o hepatitis y en menores concentraciones en heces u orina de individuos sanos, por lo que los virus humanos están presentes en grandes cantidades en aguas residuales urbanas”. Entre las descritas en la investigación, las enfermedades más comunes en Cuba son: diarreas y vómitos, hepatitis e infecciones oculares.

Los autores, todos pertenecientes al Departamento de Microbiología de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, añaden además el peligro que representan las excretas porcinas: “Entre un 80 % y un 100 % de los cerdos en granjas comerciales de los Estados Unidos presentan anticuerpos contra el VHE [Virus de la Hepatitis E]. Resultados similares se han obtenido en otras regiones, tanto endémicas como no endémicas para el VHE en humanos, sugiriendo que el virus se encuentra de manera ubicua en las poblaciones de cerdos de todo el mundo”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) expone que “el agua contaminada con heces humanas procedentes, por ejemplo, de aguas residuales, fosas sépticas o letrinas, es particularmente peligrosa. Las heces de animales también contienen microorganismos capaces de ocasionar enfermedades diarreicas”.

Bejucal no ha sufrido brotes de enfermedades por contaminación hídrica fuera de lo normal en los últimos cinco años, confirmó a Periodismo de Barrio la doctora Osmarvis Sánchez García, directora Municipal de Salud. El municipio —desde 2015— ha estado cercano a la tasa media de incidencia para enfermedades diarreicas agudas que afecta al país, y la tendencia es a la disminución en el número de casos reportados cada año, aseguró.

Noslen García, en la calle 16, solo espera que la situación no se salga de control. “Ojalá no haya que esperar a que empiece una epidemia para resolver este problema”, dice.

Según el artículo “Hepatitis A en el área de salud “Mártires de Calabazar”, 1989-2006” —publicado en 2009 por la Revista Cubana de Higiene y Epidemiología—, entre los años 1991 y 2002 fueron localizados brotes de Hepatitis A en los repartos habaneros de Parajón, Berenguer, Calabazar y Las Cañas. “En estos años las epidemias se debieron a contaminación hídrica en población abierta en las áreas geográficas implicadas; en el caso de Las Cañas, pudo demostrarse la contaminación del agua potable con aguas negras procedentes de un vertimiento de albañales a través de una tubería de agua potable rota, […] donde la disminución de la presión del agua dentro de la tubería facilitó el entrecruzamiento”.

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El nuevo proyecto dotaría a Bejucal de redes de acueducto totalmente nuevas (Foto: Julio Batista)

El nuevo proyecto dotaría a Bejucal de redes de acueducto totalmente nuevas (Foto: Julio Batista)

El 23 de agosto, sobre el buró de Katia Caraballo en la Sección de Recursos Hidráulicos, ya estaba el estudio inicial presentado por la Empresa de Servicios Ingenieros Hidráulicos de Occidente para la rehabilitación de las redes del acueducto del pueblo.

El proyecto, confirmó, fue aprobado por el Consejo de la Administración Provincial (CAP) de Mayabeque y solo resta esperar a marzo de 2019 para saber si, en ese año, se le entregará al CAM de Bejucal el presupuesto necesario para llevarlo a cabo, o si se pospondrá el inicio de los trabajos.

Según el documento, la inversión buscará satisfacer las demandas de la población actual y futura, que esta reciba un agua con calidad y que el servicio llegue hasta las zonas que no tienen (Zona de Desarrollo, al Este del pueblo) mediante la rehabilitación de los 14 circuitos de abasto que posee el casco urbano de Bejucal, incluyendo todas sus válvulas.

Esto representaría la sustitución total de las tuberías actuales por otras de PAD, incluyendo las acometidas desde las líneas principales hasta las viviendas, explica Katia Caraballo.

El proyecto presentado al CAP de Mayabeque señala que la rehabilitada red “estará diseñada para que, bajo condiciones normales, se opere con todas sus válvulas completamente abiertas y garantice el suministro de agua continuo durante las 24 horas del día”. Una segunda etapa de la inversión contempla la construcción de un tanque compensador para garantizar la presión de agua en todos los puntos de la red.

De concretarse, el proyecto se ejecutaría entre 2019 y 2020 y representaría el fin de los problemas de entrecruzamiento.

Solo hay una cosa que preocupa a Katia. No basta con que la Sección de Recursos Hidráulicos reciba el dinero para realizar semejante inversión, también necesitarán que a Viales se le asigne el presupuesto para reparar las calles del municipio una vez se concluyan los trabajos de rehabilitación de la red.

Sobre el autor

Julio Batista Rodríguez

Melena del Sur, La Habana (1989). Periodista cubano, 29 años de edad. Desde 2015 forma parte del equipo fundador de 'Periodismo de Barrio', donde integra el Consejo Editorial y se desempeña como periodista. Recibió el Premio Iberoamericano de Periodismo Rey de España 2017 en la categoría de Periodismo Ambiental y Desarrollo Sostenible. Graduado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2013). Cursó estudios en los postagrado internacional de Periodismo Deportivo (2014) y el de Periodismo Hipermedia (2015) en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Ha participado en eventos académicos y profesionales como el Foro de Periodismo Centroamericano (El Salvador, 2016), Taller para Periodistas Cubanos (Alemania, 2017) y el Congreso Internacional de Comunicación (La Habana, 2015). Como profesional laboró en el periódico 'Trabajadores' (Cuba, 2009-2016) y como asesor de programación del canal nacional de televisión Tele Rebelde (Cuba, 2014-2016). Además, ha publicado en las revistas 'Cubahora', 'OnCuba', 'Progreso Semanal', 'elTOQUE', 'Cuba Contemporánea', 'Postdata', 'Cuba Posible', el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, el periódico alemán 'Taz'. Actualmente se mantiene como colaborador de 'Radio Francia Internacional'.

2 comentarios

  • Una felicitacion por la labor que Uds realizan, me he dedicado durante largo tiempo a la salvaguarda del patrimonio cubano , realice una maestria relacionada con el tema de la proteccion del patrimonio rupestre , fui profesor de la UNAH durante años, me gustaria poner a consideracion mis experiencias, por favor si estan interesados envienme las normas de publicacion.
    Un abrazo

  • Os felicito desde Brasil por el estupendo informe periodístico. Sin embargo, me puse curioso por saber si el entrecruzamiento ya ha sido resuelto así de por vida.

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