Ceiba 1 —o el Instituto Preuniversitario en el Campo Ernesto Guevara— fue fundado por Fidel Castro el 7 de enero de 1971. Fue la primera escuela de las llamadas “Ceibas”, levantadas en medio de un plan citrícola en el que los estudiantes combinaban el estudio con el trabajo en el campo.
La maestra entraba al albergue y te daba el de pié a las seis de la mañana. Había una cosa que se llamaba radiobase, que se escuchaba en todos los albergues, donde ponían música para que supieras que te tenías que despertar. Entonces te lavabas los dientes, te alistabas y bajabas a desayunar. Había dos turnos: matutino y vespertino; si en la mañana ibas a la escuela, en la tarde ibas al campo, y viceversa.
Vista del edificio principal de Ceiba 1, parte de un modelo educativo que combinaba estudio y trabajo en el campo (Foto: Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Si te tocaba clases, saliendo de ellas ibas al área de formación para pasar al comedor, luego te ponías la ropa de campo, ibas al campo, regresabas, te bañabas. A las 7:30 p.m. bajabas otra vez al área de formación para pasar al comedor, y después de comer tenías tiempo libre: podías bailar, jugar ping pong, o ir al albergue a descansar. A las 10:00 p.m. había que dormir.
Atrás, donde dice “Cafetería”, estaba el cuartico de la música. Ahí bailábamos, en ese pedacito…Detrás del ventanal que puede verse en una de las imágenes estaba la pista de 400 metros, donde practicábamos atletismo.
En junio de 2024, cuando fueron tomadas estas imágenes, la escuela seguía funcionando, pero sus alumnos ya no estaban becados; iban y regresaban en el día. Los albergues estaban cerrados.
Todos estos campos estaban llenos de cítricos: naranjas, mandarinas, limones, toronjas…
Ahora no hay nada.
Un pasillo lateral del instituto con vista a los jardines y un mural de Fidel Castro en la pared (Foto: Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Este espacio, diseñado originalmente para la convivencia estudiantil, muestra hoy signos de desgaste, aunque aún conserva elementos como los bancos y la vegetación en macetas. (Foto: Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Una zona común que refleja el carácter funcional del diseño arquitectónico de Ceiba 1. Los bancos y las plantas son testigos silenciosos de la vida estudiantil que alguna vez ocupó este lugar (Foto: Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Un área que servía como lugar de alimentación y socialización en el instituto. Aunque conserva elementos originales como la barra y el letrero, el espacio refleja el paso del tiempo (Foto: Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Un espacio expone imágenes y documentos dedicados a figuras relevantes de la Revolución Cubana. Los marcos, algo deteriorados, son un recordatorio de su pasado educativo y simbólico (Foto: Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Una bandera de la Federación de Estudiantes Universitarios cuelga en un rincón del instituto, como un vestigio del movimiento estudiantil. (Foto: Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Las marcas de manos en el muro exterior son rastros de algún tipo de intervención artística en el espacio (Foto: Daniel Núñez/ Periodismo de Barrio).
Este pasillo, que concecta las aulas y espacios de convivencia, refleja el abandono progresivo del edificio (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).}
El aula, antes destinada al aprendizaje, está ahora cubierta de escombros y polvo (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Desde esta ventana se aprecia el terreno que una vez estuvo lleno de cítricos. Hoy, la vista revela un paisaje abierto y sin cultivo, reflejando los cambios en el uso del entorno (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Este baño, con paredes de azulejos y divisiones básicas, refleja el uso funcional que alguna vez tuvo este espacio. El desgaste y la falta de mantenimiento son evidentes en su estado actual (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Este lavabo, ubicado en uno de los baños del instituto, muestra signos de abandono. Las paredes manchadas y los azulejos deteriorados evocan el desgaste del tiempo (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Los nombres y mensajes grabados en la pared cuentan historias personales de quienes pasaron por Ceiba 1. Este detalle evoca la memoria colectiva de los estudiantes en un espacio virtualmente abandonado (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Esta pared muestra huellas de manos pintadas, nombres escritos y un dibujo sencillo del Che Guevara, posiblemente realizados por estudiantes (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
La vegetación que rodea el edificio principal de Ceiba 1 da testimonio del entorno natural que caracteriza este espacio. El desgaste de la estructura refleja el paso del tiempo (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Este espacio central del instituto alberga banderas de la FEEM y la FEU. Los elementos decorativos contrastan con el vacío actual del lugar (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Un pasillo exterior conecta diferentes áreas del edificio (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Este letrero, colgado de un árbol en los terrenos de Ceiba 1, señala el área destinada a la asignatura de Preparación para la Defensa (PPD), impartida en los preuniversitarios cubanos como parte de su currículo. El entorno natural que lo rodea ha cubierto parcialmente el espacio (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
La cancha de baloncesto, utilizada en su momento por estudiantes, muestra tableros oxidados y una superficie descuidada. El espacio ahora está rodeado de maleza y árboles (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
Esta piscina, que en su momento fue un lugar de recreo para los estudiantes, se encuentra completamente vacía. Las paredes muestran el desgaste del tiempo, mientras la vegetación circundante avanza hacia el interior (Foto Daniel Núñez / Periodismo de Barrio).
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