En noviembre del 2019 surge vía WhatsApp un grupo de ayuda comunitaria para resguardar la salud y el bienestar de los animales callejeros. Sin un nombre oficial y un perfil gestor, sus acciones eran poco conocidas. Se reunían ocasionalmente y se organizaban como podían. Para finales del año 2020, ya eran conocidos en San Antonio de los Baños, Artemisa, como Equipo de Protección Animal (EPA). No reciben apoyo de institución alguna. Su economía es autogestionada, se basa en rifas, ferias benéficas y donaciones de personas sensibilizadas con este tema.
Una de las labores más importantes que realiza el EPA son los rescates. Un miembro de la organización dispone de un vehículo para salir ante cualquier emergencia. Asisten a los animales desde el punto de vista veterinario; en los llamados “temporales” se les brinda alimentos, refugio, y se mantienen en seguimiento hasta su total recuperación, para luego darlos en adopción responsable.
Los miembros del EPA tratan de hacer cumplir el Decreto-Ley de Bienestar Animal. Incluso, han ido a la Estación de Policía de la zona para reportar abusos, pero en muy pocas ocasiones se aplican las multas correspondientes a los agresores.
Reunión de rescatistas (Foto: Landy Rodríguez Acosta).
Notas y seguimiento de los animales enfermos que deben ir al veterinario. El equipo se identifica con el logo de EPA (Foto: Landy Rodríguez Acosta).
Demostración de cariño por parte de una rescatista hacia su mascota (Foto: Landy Rodríguez Acosta).
Rescatistas llegando con el paciente al veterinario (Foto: Landy Rodríguez Acosta).
El animal, aún en manos de profesionales, siente temor, lo que demuestra su trauma por malos tratos (Foto: Landy Rodríguez Acosta).
Una mirada que transmite incertidumbre en la sala de espera (Foto: Landy Rodríguez Acosta).
Rescatistas con un paciente que lleva meses en tratamiento por desnutrición (Foto: Landy Rodríguez Acosta).
Los rescatistas hacen capturas de imágenes para demostrar que sí se cumple con las curas y los tratamientos de los animales (Foto: Landy Rodríguez Acosta).
Precaución del veterinario, pues todos los animales no son dóciles y tienden a morder (Foto: Landy Rodríguez Acosta).
Instrumentos y aplicación de medicamentos intravenosos (Foto: Landy Rodríguez Acosta).
Una mirada de agradecimiento, tristeza y dolor (Foto: Landy Rodríguez Acosta).
Paticas de esperanza. Animal rescatado (Foto: Landy Rodríguez Acosta).