El huracán Ian tocó tierras cubanas en la madrugada de este martes por el sur de la provincia de Pinar del Río, con vientos máximos sostenidos de 205 kilómetros por hora (km/h). Tres horas antes de entrar al país, había ascendido a la categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, informaba el Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología (INSMET).
Periodismo de Barrio responde varias preguntas para comprender el impacto del huracán en el país.
¿Qué significa que Ian sea un huracán de categoría 3?
De acuerdo con el INSMET, un huracán es un ciclón tropical que se encuentra totalmente desarrollado. Este último es un sistema de baja presión que se forma en los océanos y se clasifica, según la velocidad de sus vientos, en depresión tropical (vientos menores a 63 km/h), tormenta tropical (de 63 a 117 km/h), y huracán (vientos superiores a 117 km/h).
La escala Saffir-Simpson fue creada en 1969 en Estados Unidos por Hervert Saffir y Bob Simpson y es empleada para medir la intensidad en cinco niveles de los huracanes, explica la Dirección General del Observatorio de Amenazas y Recursos Naturales de El Salvador.
La categoría 1 describe a los huracanes con vientos entre 118 y 153 km/h, con marejadas de 1.2 a 1.5 metros por encima del nivel considerado como normal y que originan daños mínimos. Los de categoría 2 poseen vientos entre 154 y 177 km/h, con marejadas de 1.8 a 2.4 metros y generan daños moderados e inundaciones en carreteras y caminos cerca de las costas, por lo que requieren la evacuación de las personas que habiten en terrenos bajos localizados en estas áreas.
Por su parte, los vientos de los de categoría 3 –como el caso de Ian– se ubican en el rango entre 178 y 209 km/h, con olas de 2.7 a 3.7 metros, daños extensos e inundaciones de áreas que posean una altura menor a 1.65 metros sobre el nivel del mar. Los de categoría 4 se caracterizan por vientos de 210 a 250 km/h, generan daños extremos, marejadas de 4.0 a 5.5 metros y pueden llegar a inundar terrenos llanos de hasta 3.30 metros de altura sobre el nivel del mar.
A su vez, los de categoría 5 poseen vientos superiores a los 250 km/h, con un oleaje mayor a 5.5 metros y provocan daños catastróficos, como el hundimiento total de techos y paredes de residencias pequeñas.
¿Por qué se forman los huracanes?
Para que se forme un huracán tienen que presentarse, al menos, tres condiciones: una perturbación preexistente, como áreas extensas de nubes, con lluvias, chubascos y tormentas eléctricas; temperaturas mayores a 26.6°C en las aguas del océano hasta una profundidad de 45 metros; y vientos débiles en la atmósfera superior que no cambien mucho de dirección y velocidad, refiere el INSMET.
Al no existir una alta variabilidad en los vientos, la perturbación preexistente recibe calor y energía del océano y comienza a formarse una zona con menor presión atmosférica. Si estas condiciones persisten el sistema se fortalecerá hasta transformarse en una depresión tropical, luego en un ciclón y posteriormente en un huracán.
Por el contrario, el huracán puede debilitarse si hay fuertes vientos, diferencias en la velocidad y dirección de estos, o si se desplaza sobre zonas secas o aguas más frías. También, al llegar a una extensión amplia de tierra pierde su fuente de humedad y puede desaparecer si no se desplaza nuevamente a una región con condiciones favorables.
¿Qué medidas preventivas se adoptaron en Cuba antes del paso del huracán?
En la Isla existen cuatro fases que se activan progresivamente ante la detección de un ciclón: la informativa, que se declara con 72 horas de antelación a la cercanía de un ciclón a cualquier punto del país; la de alerta, cuando se determina que este fenómeno meteorológico puede afectar alguna parte del territorio en las siguientes 48 horas; la de alarma, al ser inminente la llegada del ciclón en las próximas 24 horas; y la de recuperación, después de la salida de este del territorio nacional, especifica el INSMET.
En el momento de activar las diferentes fases se toman en cuenta factores como la intensidad del fenómeno, sus vientos y áreas de lluvias, las características del territorio por el que pasará, y el estado de las presas y capacidad de absorción del manto freático.
Así, en la mañana del lunes, el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil establecía la fase de Alerta Ciclónica para las provincias de Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos, y el Municipio Especial Isla de la Juventud, mientras que Villa Clara permanecía en Fase Informativa y esta era decretada también para Sancti Spíritus y Ciego de Ávila. Horas después, durante la tarde del lunes, la Fase de Alarma Ciclónica era declarada para las provincias Pinar del Río, Artemisa y el Municipio Especial Isla de la Juventud.
Paralelamente, se comenzaron a implementar acciones para contrarrestar los efectos del huracán. En la madrugada del martes, antes de la entrada de Ian en Pinar del Río se encontraban evacuadas más de 40 000 personas de esa provincia y 12 000 de Artemisa.
De igual forma, en los territorios con posibles afectaciones se realizó la cosecha temprana de productos que ya se encontraran listos para el consumo, con el fin de evitar que fueran dañados por el huracán y en Pinar del Río, además, se desarrollaron labores de protección a los cultivos y depósitos de tabaco. También, las maquinarias agrícolas y el ganado fueron resguardados.
Asimismo, se efectuaron labores de limpieza de alcantarilla, zanjas y drenajes, poda de árboles y recogida de desechos; se suspendió el transporte ferroviario e interprovincial desde y hacia Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Mayabeque, Matanzas y Cienfuegos, y el enlace marítimo entre Nueva Gerona y Batabanó y a Cayo Largo del Sur.
Con respecto a las presas, se llevaron a cabo vertimientos en embalses y monitoreos de su capacidad para evitar que su saturación pudiera conducir a un desbordamiento e inundaciones de zonas aledañas con riesgos para la población, así como evaluaciones a los ciclos de distribución del agua.
En este sentido, el ingeniero Antonio Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, aseguró que se habían determinado con antelación los grupos electrógenos que debían trasladarse hacia los sitios afectados, con el fin de garantizar el abastecimiento a la población lo más rápido posible después del huracán.
¿Cuáles fueron las principales afectaciones causadas por Ian?
Después del paso del huracán, se reportaron inundaciones costeras fuertes en Pinar del Río y en las costas del sur de la Isla de la Juventud, Artemisa y Mayabaque, con fuertes marejadas y olas de entre cinco y siete metros e, incluso, de dos y tres metros en Cienfuegos.
El canal de Telegram del Centro de Pronósticos del INSMET preveía marejadas en la costa norte del Occidente del país, que podrían provocar inundaciones ligeras en zonas bajas del litoral habanero.
Además, se produjeron crecimiento de ríos, caídas de árboles y ramas, daños a viviendas, instalaciones, carreteras, plantaciones de tabaco y otros cultivos.
De igual forma hubo afectaciones en el servicio eléctrico no solo en Pinar del Río y Artemisa, sino también en otras provincias occidentales. Debido a los fuertes vientos del huracán, en algunos lugares se presentaron averías a los circuitos y en otros se realizó la desconexión para prevenir roturas.
Como medidas de recuperación, se han planteado evaluar los daños, sembrar en una campaña de ciclo corto los cultivos afectados, realizar labores de limpieza para retirar árboles y tendidos eléctricos y de comunicaciones caídos, así como reestablecer lo más rápido posible la mayor cantidad de servicios a la población.
En la mañana de este martes, 48 brigadas de electricistas de Mayabeque, Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Holguín y Granma viajaron hacia Pinar del Río, Artemisa, La Habana y el municipio especial Isla de la Juventud para brindar apoyo en las labores de recuperación y en la reparación de vías de transmisión y distribución de electricidad.
Sin embargo, durante la noche del martes, se interrumpió el fluido eléctrico en todas las provincias del país. Al respecto, Lázaro Guerra Hernández, director técnico de la Unión Eléctrica Nacional (UNE), informaba que la suspensión fue resultado de una falla en los enlaces entre Matanzas, el Cotorro y la termoeléctrica Guiteras.
Ello ocasionó un aumento en la frecuencia de la zona occidental, con alta generación y baja demanda, mientras que en la zona centro-oriental ocurrió lo contrario, hubo una disminución en la frecuencia por la alta demanda. A su vez, esto generó una inestabilidad en el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) que provocó que alcanzara un cero total de manera íntegra.
Guerra señaló que el proceso de restauración debe hacerse con precisión para que los microsistemas creados con la generación distribuida entren en funcionamiento paulatinamente, pero que Occidente posee la complejidad de que hay líneas de transmisión fuera de servicio por el paso del huracán.
La UNE precisó que la electricidad se restablecería entre la noche del martes y la madrugada siguiente; no obstante, para la mañana del miércoles solo se habían logrado avances en la zona Oriental y Central.
En la primera, se consiguió que arrancara la termoeléctrica Lidio Ramón Pérez (Felton) y que llegara tensión a la de Nuevitas; mientras que, en la segunda, a través del empleo de la Planta Pico de Varadero, se llegó al ciclo combinado de ENERGAS, lo cual permite comenzar el proceso de restauración en esta área e incrementar progresivamente la capacidad hacia la región.