Lo llevamos rizo nació en 2015 como concurso de belleza por iniciativa de la artista de la plástica Susana Pilar Delahante en la XII Bienal de La Habana. De aquella intervención pública que rompió con esquemas de belleza hegemónicos y dio mayor visibilidad al cabello afro nació un proyecto sociocultural que educa en la aceptación, no solo de cabellos con distintos patrones de rizo, sino de la negritud en general.
Los días 25 y 29 de mayo, la Casa de la Música de Plaza se convirtió en el escenario donde convergieron compañías de baile y teatro infantil, músicos y diversos emprendimientos para celebrar la resistencia de la comunidad afrocubana.
Annia Liz, coordinadora del proyecto, alista la pancarta con el logo (Foto: Amarilis Magaña Stable).
Nao´s Crochet creó su emprendimiento en 2019. Julié, una de las coordinadoras del proyecto, la invitó a una feria y desde entonces está vinculada a Lo llevamos rizo (Foto: Amarilis Magaña Stable).
Una madre y su hija durante la presentación de los payasos (Foto: Amarilis Magaña Stable).
Pompi, peluquera del proyecto (Foto: Amarilis Magaña Stable).
Niña en brazos de su madre durante la presentación para el público infantil (Foto: Amarilis Magaña Stable).
Niña llevando trenzas, uno de los peinados protectores para pelo afro y rizado (Foto: Amarilis Magaña Stable).
Rifa de emprendimientos en colaboración con Lo llevamos rizo (Foto: Amarilis Magaña Stable).
El vestuario con estampados estilo africano fue uno de los protagonistas del evento (Foto: Amarilis Magaña Stable).
Desfile de la colección Movimiento Cromático, desde una proyección inclusiva en sus modelos (Foto: Amarilis Magaña Stable).
Lucila Insua habla sobre la presión de los cánones de belleza impuestos que la llevaron a laciarse el pelo hasta el 2008, año en que decidió aceptar y amar su pelo natural (Foto: Amarilis Magaña Stable).
Modelos en el desfile de la tienda Memorias (Foto: Amarilis Magaña Stable).
Mensajes de agradecimiento escritos por las personas asistentes (Foto: Amarilis Magaña Stable).
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