La devaluación del peso cubano establecida por la Tarea Ordenamiento en enero de 2021 ha ocasionado que el Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba se sitúe por debajo del PIB per cápita de Haití en 1 376 dólares estadounidenses (USD).
Según Economipedia, una devaluación es la pérdida de valor de una moneda con respecto a otra y puede producirse por diversos motivos: aumento de la cantidad de dinero que circula en el país, salida de capital extranjero, déficit en la balanza comercial, desconfianza en la economía local o, como en el caso de Cuba, por una reforma monetaria.
La disminución del valor nominal del peso cubano (CUP) con respecto al USD –al adoptar una tasa de cambio uniforme de 24 CUP por un USD para las personas naturales y jurídicas– condujo a que, al hacer la conversión del PIB cubano medido en CUP a dólares, se redujera su cantidad y se ubicara por debajo del PIB haitiano.
Paralelamente, en el mercado informal cubano de divisas, la devaluación ha sido aún mayor, con un máximo de 114 CUP por 1 USD el 1 de mayo de este año.
De acuerdo con el doctor en Ciencias Económicas Pavel Vidal Alejandro, estas tasas de cambio en el mercado informal no solo pueden asociarse con la reforma monetaria de 2021, sino también con la crisis que enfrenta el país desde antes de la Tarea Ordenamiento, como resultado de las sanciones de la administración estadounidense de Donald Trump y los efectos de la pandemia. La caída del turismo ocasionó que existieran menos dólares que permitieran equilibrar el mercado cambiario informal.
Las devaluaciones tienen como consecuencia inmediata que se encarezcan las importaciones del país, porque la moneda vale menos en el mercado extranjero, y que se abaraten sus exportaciones.
Sin embargo, para Cuba –que en los últimos años ha presentado un déficit sostenido en su balanza comercial (registro de las exportaciones e importaciones del país)–, la devaluación agrava aún más este déficit.
Al mismo tiempo, el Dr. Vidal explica que la reforma monetaria representa un choque de transparencia, pues ha permitido visibilizar las pérdidas financieras que se habían acumulado durante varios años por múltiples choques externos y que habían quedado ocultas bajo el esquema de las dos monedas nacionales y tasa de cambio fijas.La tasa de cambio oficial de 1 CUP por 1 CUP, empleada hasta 2020 en la mayoría de las operaciones del sector estatal y con inversión extranjera, abarca alrededor del 94 % del PIB cubano, por lo cual, las magnitudes financieras de ese 94 % cambiaron sus valores absolutos y relativos en 2021, lo cual transfiguró la foto del panorama económico cubano, señala Vidal.
Con el inicio de la Tarea Ordenamiento comenzaron a salir a la luz algunos de los problemas en los balances financieros que enfrentaban algunas empresas del sector estatal.
En 2021, más de 500 empresas cubanas cerraron todos los meses con pérdidas. Para enero de 2022, la cifra se había reducido a 457 empresas, de las cuales 446 pertenecían al sistema estatal.
De ellas, el 93 % se encontraban en los sectores de agricultura, industria azucarera, industria alimentaria, construcción, transporte y empresas de subordinación local. Al mismo tiempo, 16 de estas 446 empresas concentraban el 50 % del valor de las pérdidas, declaró el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández.
Con respecto a la inversión extranjera, Cuba reformó su Cartera de Oportunidades de Negocios a fines de 2021. Actualmente, el país cuenta con 678 proyectos y un monto de inversión valorado en, aproximadamente, 12 500 millones de dólares. La mayoría de los proyectos se encuentran enfocados en la producción de alimentos (24.5 %), seguido por el turismo (20.9 %), el sector energético (19.6 %) y la industria (13.1 %).
A inicios de 2022 existían 302 negocios con inversión extranjera en el país, de los cuales 104 eran empresas con capital mixto, 54 entidades con capital totalmente extranjero, y 144 eran contratos de asociación económica internacional.A su vez, el Índice de Prosperidad de 2021 del Legatum Institute sitúa a la Isla en el puesto 99 a nivel global de un total de 167 naciones en cuanto a clima de inversión, con una calificación de 47.41 de 167, lo cual la muestra como bastante favorable para invertir.
El indicador tiene en cuenta aspectos como los derechos de propiedad, la protección al inversionista, el cumplimiento de los contratos, el ecosistema de financiamiento y las restricciones en inversiones internacionales.