Odalis León es una rescatista y protectora que ha emprendido la labor de curar y propiciar un hogar seguro para una extensa comunidad canina (en su mayoría). El Refugio Sole de Esperanza se encuentra en su vivienda del municipio Marianao, La Habana. A este lugar han llegado innumerables animales en condiciones críticas, diagnosticados como insalvables, y lo más impresionante es que todos logran sanar. Cada uno proviene de una historia diferente, en su mayoría víctimas del maltrato o del abandono de quienes no se hicieron responsables: casos que oscilan desde adopciones en Zoonosis, encontrados en la basura, dejados en su puerta por condiciones físicas desfavorables o por enfermedades, hasta salvados de actos de violencia humana.
Es un refugio que sobrevive gracias a la voluntad de Odalis, una cubana de estos tiempos, y de aquellos que ofrecen su ayuda solidaria y comprometida. Hasta el momento, la recién aprobada Ley de Bienestar Animal no ha tenido una presencia contundente, un accionar objetivo ante la necesidad de labores como esta.
Cercado que separa el espacio de la cuarentena. A la izquierda, el lugar del recién llegado; a la derecha, el sitio de Echun, quien lleva 5 años en el refugio (Foto: Lucy Gmorell).
El patio que rodea la casita donde viven los pequeños. En primer plano se encuentra Roly, un cachorro que fue encontrado en muy malas condiciones (Foto: Lucy Gmorell).
Odalis le brinda afecto a Chuly, quien llegó a sus manos gracias a una campaña de difusión en Facebook que pedía ayuda para salvarlo (Foto: Lucy Gmorell).
La rescatista saluda a la manada por primera vez en el día. A su lado aparece La Negra, a su derecha está Lachy, quien fue encontrado herido de un golpe de machete en su cabeza. Hoy le queda solo su cicatriz (Foto: Lucy Gmorell).
Todos persiguen la compañía y la atención de Odalis (Foto: Lucy Gmorell).
La Negra en busca de más afecto (Foto: Lucy Gmorell).
Odalis carga a Negrita (Foto: Lucy Gmorell).
Atentos todos a lo que sucede en sus espacios (Foto: Lucy Gmorell).
Muestra de afecto y cercanía sobre una de las camas donde ellos duermen (Foto: Lucy Gmorell).
Dentro de la vivienda de Odalis (Foto: Lucy Gmorell).
Odalis junto a Kimpy, una perrita con parálisis en sus patas traseras (Foto: Lucy Gmorell).
Luego del recorrido, Odalis cierra el refugio. Ella viste un pulóver que le regaló una amiga y admiradora de su labor (Foto: Lucy Gmorell).