María y Juana son dos de los nueve niños que viven en la casa de “Los cosita”, una familia residente en la falda de la Loma de La Cruz, Holguín. Desde la ausencia temporal del padre, los demás miembros de la familia cuidan de ellas cuando su madre sale a limpiar las casas del vecindario.
A Juana le encanta recorrer la cuadra en la bicicleta de su primo, comer mangos y jugar a juegos como: “a ver quien puede cargar el pomo de agua más pesado que hay en el frío”. Mientras que a María le gusta ver muñequitos, jugar a las cartas y corregir a su hermana menor. Juana le enseñó a María el lenguaje que se había inventado a cambio de que ella sirviera como su intérprete cada vez que se viera forzada a hablar con los mayores. Solo ella la entiende.