La sureña provincia de Benguela, en la República de Angola, cuenta en su jurisdicción de costa con cinco municipios. En el año 1827, en un saliente del litoral quedó establecido el puerto y el centro de operaciones pesqueras de San José de las Salinas, lo que más tarde sería la Villa de Baia Farta.
Los asentamientos poblaciones de la periferia de San José de las Salinas crecen por año. Una simple mirada sobre el tejido social de las comunidades permite observar el predominio de mujeres e infantes. La figura central de la casa es la madre, quien se desempeña en disímiles labores (cosechas de sal, escaldado y salazón de pescados, mercado informal de alimentos, servicios domésticos, etc.) para ganar el sustento. Los niños, por su parte, tienen la opción de asistir a la escuela en un servicio público gratuito o de realizar pequeños trabajos ocasionales, sobre todo en los mercados y plazas.
La principal actividad de recreación de los infantes está en el mar, donde aprenden a desafiar y evadir el fuerte oleaje del océano Atlántico y donde, no pocos, se entrenan en el arte de la pesca rudimentaria. Estos niños serán los futuros tripulantes de la flota pesquera de la zona; en ellos se deposita una esperanza de mejor participación de los lugareños en la conquista económica de esta comunidad.
Cuidar de los más pequeños y llevar el almuerzo a los campos salineros son algunas de las responsabilidades de los infantes (Foto: Erlán Morell Hernández).
La creatividad en los juegos es parte del imaginario infantil cotidiano (Foto: Erlán Morell Hernández).
El trabajo para ganar algún dinero lleva también el sello de la creatividad (Foto: Erlán Morell Hernández).
Grupo de infantes alrededor de la hoguera en espera de la comida del día (Foto: Erlán Morell Hernández).
El refugio seguro en el regazo de la madre, en la plaza del mercado (Foto: Erlán Morell Hernández).
Vida en comunidad, socialización, transferencia de hábitos y costumbres (Foto: Erlán Morell Hernández).
Sobre las piernas el descendiente más joven; en camino el nuevo miembro de la familia (Foto: Erlán Morell Hernández).
Los infantes intercambian en el patio de las casas al final de la tarde (Foto: Erlán Morell Hernández).
“¿Cómo me veo?”, preguntó la niña cuando accedió a la toma de la imagen (Foto: Erlán Morell Hernández).
La escuela primaria, donde comienza la educación y la trasmisión de valores (Foto: Erlán Morell Hernández).
La extensión de las instalaciones escolares, una necesidad ante la urgencia del crecimiento poblacional (Foto: Erlán Morell Hernández).