Cuba anunció la creación de un Pasaporte Digital COVID-19 propio, que permitirá a los usuarios almacenar datos relacionados con la vacunación contra el coronavirus y acceder a ellos de forma rápida y fácil.
Ante la noticia, una de las principales preocupaciones de los cubanos ha sido la validez internacional de esta plataforma, dado que aún se ignora qué países aceptarán la validez de las vacunas cubanas, algo en lo que el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) puede influir.
Países como los miembros de la Unión Europea (UE) o Israel emiten una “tarjeta verde” para facilitar y promover los viajes de quienes han sido inmunizados contra el coronavirus.
El Pasaporte COVID-19 con la información de las vacunas cubanas no evitaría de inmediato la prohibición de entrada a determinados países, la presentación de un PCR negativo o medidas de cuarentena al arribo a territorios extranjeros, dado que hasta el momento solo ocho vacunas están reconocidas por la OMS: Pfizer/BioNTech, Astrazeneca-SK Bio, Serum Institute of India, Astra Zeneca EU, Janssen, Moderna, Sinopharm y Sinovac, esta última incluida recientemente en la lista de intervención de emergencia.
Pasaporte COVID-19 de Cuba por dentro
El Pasaporte COVID cubano fue desarrollado en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) y se encuentra en fase de prueba.
“Hoy la prueba, no solamente de estar vacunado, sino de estar sanos, empieza a ser un requisito en el mundo entero, no solo para los viajes, sino dentro de los mismos países: lugares donde hay aglomeraciones de personas, donde haga falta tener un control más estricto por temas vulnerables, etc.”, explicó el líder del proyecto, Allan Pierra, director del Centro de Soporte Tecnológico de la UCI.
Pierra aseguró que estudiaron otros pasaportes para que el cubano pudiera “ser interpretable con las soluciones internacionales”. Informó que esperan que la OMS dé a conocer la versión estándar para, a partir de ese modelo, dar los últimos toques al Pasaporte COVID-19 cubano y ponerlo a disposición del público.
Al pasaporte se podrá acceder mediante un código QR –que será escaneado por un verificador móvil–. El código permite el acceso a una página web a modo de registro de los datos de cada paciente. También podrá tenerse en formato impreso.
La validez del código QR estará avalada por una “firma autorizada” que solo tendrá el Ministerio de Salud Pública y será reconocida por la OMS, aclara Pierra: “lo puede leer cualquiera, pero no cualquiera puede generar ese QR”.
La versión cubana permitirá además presentar los datos de la familia del usuario en una “Billetera de Pasaporte, en la cual es posible tener varios pasaportes de vacunación y mostrarlos”, indicó Allan Pierra.
Foristas cubanos sugieren que el pasaporte podría usarse en un primer momento a escala nacional para viajes interprovinciales o el acceso a instalaciones y establecimientos.
Cubanos que se han vacunado en el extranjero han planteado la posibilidad de transferir el código QR –facilitado en esos países– para el pasaporte cubano, previa verificación de los datos. Sin embargo, Cuba no ha aclarado en qué condiciones aceptará Certificados de vacunación o Pasaportes de COVID-19 emitidos en otros países.
¿Qué países han implementado Pasaportes COVID-19 o variantes similares?
El Certificado Digital COVID de la UE, que tuvo primero el nombre de Certificado Digital Verde y que fue aprobado recientemente, facilitará la movilidad de viajeros por el espacio Schengen, pertenezcan o no a la UE.
Este documento no solo incluirá la información sobre la vacunación del pasajero, sino también los resultados del test COVID-19 más reciente, si se contagió de SARS-CoV-2 y cuándo, si fuera el caso.
Hasta el momento, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) solo reconoce como válidas las vacunas de Pfizer/BioNTech, Moderna, Oxford/AstraZeneca y Johnson & Johnson. Sin embargo, cada Estado puede decidir de manera independiente si acepta alguna otra vacuna o no.
No obstante, este certificado digital de la UE no es obligatorio ni limita la movilidad –dentro del área Schengen– de quienes no estén vacunados; sino que, en dependencia del país de origen, establece las medidas de prevención a cumplir por los viajeros –pruebas, cuarentenas, autoaislamiento– o las restricciones de viaje.
“Dependerá de cada país decidir si también acepta certificados de vacunación de otros Estados miembros para vacunas autorizadas a nivel nacional o para aquellas en la lista de emergencia de la OMS”, explicó el Parlamento Europeo.
Desde abril de 2021 Francia, por ejemplo, dispone de una aplicación que permite a líneas aéreas, policía y aduanas leer los códigos QR con la información del viajero.
En cuanto a América Latina, en marzo se realizó un proyecto piloto entre la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y Copa Airlines, en Panamá. El “IATA Travel Pass” permite a los viajeros crear un pasaporte digital que procesa itinerarios de viaje en relación con los requisitos sanitarios de destino. La iniciativa hoy agrupa a 28 aerolíneas.
Otros países americanos y caribeños como Uruguay, Bahamas y Puerto Rico han puesto en práctica experiencias similares. Argentina lanzó en abril la credencial digital de vacunación que podría ser utilizada como pasaporte sanitario una vez que exista un acuerdo global para su reconocimiento oficial, explicó el Gobierno. También ese mes los ministros brasileños de Turismo, Gilson Machado, y de Salud, Marcelo Queiroga, acordaron la creación de un “pasaporte sanitario brasileño” a través de la aplicación ConecteSUS.
“Vamos a crear el pasaporte para el turismo (…) de la misma manera que lo está haciendo el mundo. Varios países están ejecutando esta estandarización”, explicó Machado.
Aunque en Estados Unidos aún se estudia un posible Pasaporte COVID-19, en enero la aerolínea American Airlines lanzó la aplicación VeriFLY, una suerte de pasaporte sanitario móvil para agilizar viajes al país desde Jamaica, Chile, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras y otras naciones.
Veryfly recopila información del estado de salud en tiempo real a partir de cuestionarios autocertificados o resultados de pruebas de diagnóstico de COVID-19 de más de 20 000 laboratorios y (en el futuro) prueba de vacuna.
Nueva York también presentó una iniciativa propia que permite el acceso a estadios o teatros a quienes hayan sido inmunizados contra la COVID-19.
En Israel –uno de los países con mayor nivel de inmunización– el “Pase Verde” se entrega a cualquier persona vacunada o que se haya recuperado de COVID-19 en los últimos seis meses. Allí se usa para acceder a hoteles, gimnasios, teatros y otras instalaciones. También les permite viajar a Grecia y Chipre.
Otros permiten la entrada de personas desde el exterior sin necesidad de cumplir cuarentena u otras medidas sanitarias, siempre que puedan acreditar la pauta completa de alguna de las vacunas certificadas por la OMS.
La propia OMS ha creado un “grupo de trabajo sobre el certificado de vacunación inteligente” que reúne también a expertos de Unicef, la Unión Internacional de Comunicaciones (UIT) y la Comisión Europea, para definir especificaciones clave, normas y un marco de confianza que facilite la aplicación de soluciones digitales eficaces e interoperables.
Este certificado estándar apoyará la administración y el seguimiento de la vacuna COVID-19, con la intención de aplicarlo a otras vacunas y vincularlo con los sistemas digitales nacionales y transfronterizos.
Preocupaciones con el Pasaporte COVID-19
Un Pasaporte COVID-19, con información personal sobre la salud de sus portadores, es un documento que debe cumplir normas éticas y técnicas, alertan algunos expertos.
Para que funcione debe tener acceso a los registros oficiales de vacunación de un país, un método seguro de verificación de la información y cumplir normas comunes establecidas a nivel internacional. La firma de una autoridad acreditada por la OMS es una de estas normas.
También es precisa la protección de la privacidad de los datos, dado que estas aplicaciones pueden ser vulnerables a jaqueos del sistema, falsificación o robo de información personal.
Reino Unido y Estados Unidos se han tomado su tiempo para decidir si aplicar o no la iniciativa por los riesgos que supone para la privacidad de la información y por argumentos de vulneración de derechos individuales. En Reino Unido un comité de diputados advirtió a los ministros que no introduzcan los certificados, puesto que serían “injustificados y discriminatorios” al provocar la existencia de “una sociedad de dos niveles”. Sin embargo, el Gobierno de Boris Johnson considera que pueden tener un rol esencial en grandes eventos deportivos o artísticos y otras concentraciones masivas.
Ante las preocupaciones sobre la seguridad de los datos, la UE explicó que, en su caso, el Certificado COVID Digital contiene la información clave necesaria: nombre, fecha de nacimiento, fecha de expedición, la información pertinente sobre la vacuna, la prueba, la recuperación, y un identificador único. “Estos datos permanecen en el certificado y no se almacenan ni conservan cuando se verifica un certificado en otro Estado miembro”, aseguran.
“Los certificados solo incluirán la información limitada que sea necesaria, que no podrá ser conservada por los países visitados. A efectos de verificación, solo se comprueba la validez y la autenticidad del certificado, verificando quién lo ha expedido y firmado. Todos los datos sanitarios permanecen en el Estado miembro que expidió el Certificado COVID Digital de la UE”.
El G20 ha manifestado su respaldo a la propuesta. En una reunión virtual celebrada en mayo, los ministros de Turismo de las naciones más poderosas destacaron que la reanudación de la actividad normal del sector es esencial para la recuperación económica mundial.
Por su parte, la OMS mantiene cierta reserva debido a que “las pruebas disponibles y los conocimientos actuales no nos indican la duración de la inmunidad y la protección contra la reinfección”, y el aumento de la movilidad puede aumentar los índices de transmisión y volver a poner en riesgo los sistemas de salud y la economía. Sin embargo, desde febrero este organismo, junto a Estonia, viene desarrollando certificados de vacunación digitales que sean reconocidos a nivel mundial.