El 8 de marzo de 2021 se publicaba en la Gaceta Oficial de la República de Cuba No. 14 Extraordinaria el Decreto Presidencial No. 198 con el Programa Nacional para el adelanto de las Mujeres (PAM). Periodismo de Barrio responde varias preguntas sobre el objetivo del documento y las acciones que propone.
¿Qué es el PAM?
El Programa Nacional para el adelanto de las Mujeres se define en el texto como “la piedra angular en el desarrollo de políticas a favor de las mujeres” e institucionaliza el derecho a la igualdad de género en Cuba.
De acuerdo con la Doctora en Ciencias Sociales Ailynn Torres Santana, “el PAM es un instrumento clave en el camino de aseguramiento de derechos y, sobre todo, de garantías de derechos para las mujeres y para la justicia social en general. Si pensamos en la dimensión formal del instrumento habría que anotar que se trata de un Decreto Presidencial; en tanto tal, su importancia es incuestionable”.
Para su puesta en práctica, se crea un Plan de Acción que designa a diversos organismos de la Administración Central del Estado y a organizaciones nacionales como responsables de cumplirlo y de responder a las recomendaciones del Comité para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres. Este último es el grupo de expertos independientes encargado de supervisar la implementación de los acuerdos pactados en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el tema, adoptada en 1979.
¿Cuáles son sus objetivos?
Posee como objetivo general la promoción del “avance de las mujeres y la igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades”, así como la eliminación de los factores que impiden obtener mejores resultados en este sentido dentro de los ámbitos económico, político, social y familiar.
Asimismo, sus objetivos específicos se enfocan en incluir las temáticas de género en el sistema de formación y capacitación de cuadros, y en los programas de estudio de todos los niveles de enseñanza, con el fin de “fortalecer las relaciones interpersonales basadas en la igualdad, el respeto y la responsabilidad compartida”. También, en promover el debate sobre el rol de las mujeres en lo público y lo doméstico; asesorar en la elaboración, implementación y evaluación de impactos de legislaciones y políticas públicas relacionadas con el tema; además de enfrentar las manifestaciones de violencia o discriminación hacia la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.
¿El PAM es el primer programa de este tipo implementado en Cuba?
No. En 1997, el Consejo de Estado aprobó el Plan de Acción Nacional de la República de Cuba de Seguimiento a la IV Conferencia de la ONU sobre la Mujer. Según ONU Mujeres, esta conferencia marcó un punto importante de inflexión en la agenda mundial de igualdad de género, mediante el establecimiento de una serie de objetivos estratégicos y medidas para el progreso de las mujeres.
Desde ese entonces, el Plan de Acción cubano ha sido evaluado en tres ocasiones. Como resultado de la última evaluación, realizada en 2013, se identificaron desafíos en la lucha contra la discriminación y violencia hacia las mujeres que mostraron “la necesidad de actualización del Plan en un contexto diferente y cambiante”. Precisamente, para hacer frente a tales desafíos fue adoptado el PAM, mediante el Decreto Presidencial 198/2021.
¿Cuáles son las acciones que contempla el Programa?
En sentido general, el PAM plantea incrementar la participación de las mujeres en diferentes ámbitos de la sociedad cubana y lograr una mayor concientización sobre los temas de igualdad de género, discriminación y violencia contra las mujeres, a través de la educación al respecto, su difusión y prevención. La temática de la educación, de hecho, se encuentra presente en las siete áreas de acción incluidas en el Plan de Acción establecido en el Programa: el empoderamiento económico de las mujeres; los medios de comunicación; la educación, prevención y trabajo social; el acceso a la toma de decisiones; la legislación y derecho; la salud sexual y reproductiva; y las estadísticas e investigaciones.
La Dra. Torres explica que estos siete ejes de trabajo resultan muy pertinentes, pues “recogen una parte importante de los campos políticos que requieren intervención estatal para el reconocimiento y aseguramiento de derechos, e implican la participación y responsabilidad de muy distintos organismos e instituciones estatales”.
Empoderamiento económico de las mujeres
Según la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género, realizada en 2016 por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), aproximadamente un 37 % de las mujeres cubanas participaban en la economía nacional, con un 45.3 % en el sector estatal y un 17.4 % en el no estatal. Los sectores con mayor presencia femenina eran el de Salud y Asistencia Social (68.5 %) y el de Educación (66.3 %); mientras que entre los de menor presencia se encontraban la Pesca (14.4 %) y la Construcción (11.3 %).
A su vez, para esa fecha, las actividades realizadas por la población femenina de entre 15 y 74 años se distribuía de la siguiente forma:
Fuente: Elaboración propia con datos de la ONEI.
El PAM busca incrementar esta participación en la economía nacional mediante la creación de alternativas que permitan ampliar servicios, como el del cuidado de los hijos y personas mayores o con discapacidad, y los de apoyo al trabajo doméstico; el diseño de programas destinados a la calificación y recalificación de la fuerza laboral femenina.
Al mismo tiempo, se establece la necesidad de reducir las manifestaciones de discriminación y violencia en el ámbito laboral con la realización de evaluaciones periódicas sobre las condiciones de trabajo de las mujeres empleadas en el sector no estatal, y de análisis con enfoque de género y su aplicación práctica en los sectores estatal y no estatal.
También, se espera crear las condiciones que permitan “cuando sea posible, medir y valorar económicamente la contribución a la economía familiar y social del trabajo no remunerado de las mujeres”.
Medios de comunicación
En esta área la estrategia se centra en tres puntos principales: 1) el tratamiento a temas de género en los medios de comunicación, 2) incrementar la presencia de mujeres realizadoras en el cine y la televisión, y 3) la difusión de datos con el objetivo de garantizar una cultura de igualdad, respeto a la diversidad y la no discriminación en la política de comunicación e información del país.
Así, se decide incluir los temas de género en la Estrategia Integral de Comunicación cubana; aumentar la capacitación e intercambios con realizadores y directores de programas sobre estos temas; garantizar una gestión de comunicación con perspectiva de género y un enfoque de derechos humanos en las instituciones y organismos de la Isla; así como facilitar la divulgación de los resultados de investigaciones científicas e información estadística sobre las mujeres.
Educación, prevención y trabajo social
El documento estipula que se debe garantizar una educación que fomente la existencia de una cultura de igualdad en el país. Para ello se propone una actualización gradual de los planes, programas de estudio, libros de texto y materiales didácticos; la promoción de cursos especiales y de posgrado que aborden temas de racialidad, diversidad sexual, violencia de género, entre otros; y la capacitación del personal docente.
De igual forma, deben aumentar los esfuerzos comunitarios encaminados a mejorar la prevención, atención social y los vínculos con organismos e instituciones; así como la labor de los profesionales de la salud con los líderes comunitarios, con el fin de lograr hábitos más saludables y una percepción de riesgo ante las enfermedades.
Acceso a la toma de decisiones
Esta área se encamina a mejorar las políticas que posibiliten que las mujeres sean promovidas tanto a cargos de dirección en la Administración Central del Estado y el Sistema Empresarial, como a otras posiciones en diferentes niveles de toma de decisiones. También se enfoca en eliminar patrones de discriminación sexistas, a través de la capacitación de cuadros y la preparación en temas de género.
Legislación y derecho
En 2016, el 88.7 % de la población cubana de 15 a 74 años consideraba que en el país se aplicaban leyes que protegían a las mujeres y que existían políticas y acciones específicas a favor de estas, precisa la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género.
Al mismo tiempo, el 51.9 % de la población percibía que la violencia contra la mujer en la Isla era poca, un 30 % que era mucha, y un 8.9 % señaló que no existía. Sin embargo, la encuesta clarifica que estas percepciones y criterios, si bien pueden o no estar asociados a las experiencias de cada individuo, se ven influidos por la interpretación personal del contexto en el que viven.
De las mujeres encuestadas, un 26.7 % declaró haber sido víctima de violencia en sus relaciones de pareja durante los últimos 12 meses; mientras que un 39.6 % afirmó haber sufrido violencia de este tipo en algún momento de su vida.
El área de legislación y derecho del PAM se refiere al marco normativo y los sistemas de protección contra todas las formas de discriminación y violencia hacia la mujer. Su contenido está dirigido a mejorar las políticas y la legislación para enfrentar las manifestaciones de violencia de género e intrafamiliar, establecer mecanismos que permitan la aplicación de medidas al personal de dirección que pueda incurrir en acciones de discriminación, y estrategias articuladas de coordinación, control, ejecución y atención a víctimas y victimarios.
También, el desarrollo de métodos alternos de solución de conflictos con una perspectiva de género y multidisciplinaria, la cual enfatice el enfoque preventivo; la aplicación de una estrategia de género para el sistema jurídico de la Isla, con las facultades de Derecho como la base de la educación jurídica.
Igualmente, profundizar los análisis del cumplimiento de las obligaciones contraídas por Cuba en los tratados internacionales al respecto, y de la aplicación de las recomendaciones formuladas por los comités de expertos creados para la supervisión de tales convenios.
Salud sexual y reproductiva
Establecer la promoción de los programas de educación sexual para niños, adolescentes y jóvenes, con el objetivo de reducir las relaciones adolescentes precoces, los embarazos adolescentes y los abortos; fortalecer la perspectiva de género y los derechos sexuales en los programas de salud, mediante el tratamiento de temáticas como la reproducción humana asistida y el cambio anatómico de sexo; además de difundir información con enfoque de género acerca de los cambios sexuales y psicológicos inherentes al climaterio y al envejecimiento, con el fin de eliminar estereotipos y prejuicios.
El PAM reafirma el derecho de las mujeres a decidir la cantidad de hijos deseada y el momento de tenerlos, y la garantía de condiciones necesarias para un parto seguro y amigable.
Estadísticas e investigaciones
Según la Dra. Torres Santana, existe la necesidad de reconocer con más énfasis la diversidad de personas y grupos que integran la categoría “mujeres”. “Nunca antes las mujeres latinoamericanas fuimos tan desiguales entre nosotras. En el caso de Cuba, aunque no lo sabemos con certeza por la ausencia de cifras y análisis, parece que también es así. Mujeres de distintos grupos socioeconómicos, territorios, pertenencias “raciales”, sexo biológico, edades, orientaciones sexuales, etc., afrontan discriminaciones y desigualdades específicas, no solo en intensidad, sino de acuerdo con los mecanismos en los que ellas se reproducen. El PAM y su despliegue, entonces, necesita considerar más fuertemente esa desigualdad de base que el mismo programa intentará disminuir y eliminar”.
En este sentido, el Plan de Acción plantea incorporar variables sociodemográficas, de edad y color de piel a las estadísticas emitidas por organismos e instituciones; así como la creación de un Observatorio Científico de Género para dar seguimiento a la aplicación del enfoque de género en la construcción de indicadores, estadísticas y realización de análisis en materia de igualdad que permitan la adopción de políticas públicas.
Al mismo tiempo, en alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se busca prestar atención a las estadísticas de morbilidad y cobertura territorial para profundizar en la mortalidad femenina y contribuir a la formulación de nuevos programas de salud y al reajuste de los existentes.
¿Cómo contribuye el PAM al avance de la agenda de igualdad de género en Cuba?
“El PAM muestra un esfuerzo visible por asegurar la organicidad de las acciones que plantea, su formulación es atinada, además de emplear enfoques y conceptos de manejo internacional”, explica la Dra. Torres.
“Se trata de una sombrilla que, bien desplegada, podría asegurar cambios de peso. Al mismo tiempo, es difícil calibrarlo frente a las necesidades cubanas. Su Plan de Acción es sumamente escueto: describe los ejes y enuncia acciones, pero no las especifica en tareas concretas, plazos para evaluarlas, resultados esperados en fases específicas, indicadores o variables que se van a evaluar. Todo eso, sin embargo, es necesario al momento de planificar las políticas públicas. Del PAM, entonces, aún no es conocido su plan concreto. Hasta que eso no suceda es muy difícil analizarlo y evaluar su formulación integral”.