Muy cerca del colosal Cementerio de Colón en La Habana se encuentra el pequeño, peculiar y poco conocido Cementerio Bautista. Fundado el 6 de febrero de 1887, mantiene la costumbre de sepultar a los fallecidos de esta congregación directamente en la tierra. Una práctica usual en varios pueblos de Latinoamérica, aunque en nuestro país, como en esas regiones, se mantiene en las zonas rurales y en los espacios periféricos de los grandes cementerios.
En la ciudad capital, los enterramientos se rigen por el Cementerio de Colón. Las ceremonias en el Cementerio Chino o el Bautista tienen que ser aprobados por la familia y la liga Bautista respectivamente.
De esta ardua labor se encargan actualmente Manuel Caamaño Tamayo (jefe de brigada) y Félix Pedro Ravelo García (enterrador), quienes con sus propias manos y herramientas clásicas cavan un hoyo de aproximadamente 2.10 m x 0.75 m x 1.20 m de profundidad. Ellos tienen siempre preparados dos de estos huecos en caso de que sean necesarios, debido a que su confección demora alrededor de una jornada completa. Comienzan temprano en la mañana, descansan sobre el mediodía –evitando el ardiente sol del trópico–, y terminan la faena en la tarde. Pueden pasar días antes de necesitarlos, por lo que antes del enterramiento limpian de hojas y ramas, incluso, los alrededores.
“Es lo menos que podemos hacer, es un momento duro para la familia y nuestro deber es tener todo preparado y limpio para la ceremonia”, comenta Félix.
Me encantan las fotos! Una pregunta: entierran el cuerpo directamente en la tierra o dentro de un ataúd???
Interesante esto pq hay otras comunidades religiosas esperando hace tiempo contar con un cementerio donde puedan oficiar según sus creencias