En las últimas semanas, el gobierno cubano, a través de la televisión nacional, ha lanzado una campaña de contenidos manipulados, falsos o descontextualizados, para desarticular las demandas legítimas que han surgido en un sector de la sociedad civil cubana que incluye artistas, intelectuales, periodistas, entre otros. Uno de los elementos más cuestionados ha sido el origen de los fondos que sustentan la actividad profesional de los medios de prensa no estatales.
En un programa emitido en el Noticiero Nacional de Televisión el 4 de febrero de 2021, se acusa a Periodismo de Barrio de recibir fondos de Open Society Foundations (OSF). La respuesta a la pregunta de algunos usuarios y a las acusaciones del gobierno es simple.
Sí, recibimos fondos de Open Society Foundations.
En nuestro Código de Ética, aprobado por nuestro Consejo Editorial en 2015, se establece que solo aceptaremos colaboración (financiamiento, equipos o servicios) de organizaciones, instituciones, fundaciones o personas que respeten la soberanía de la República de Cuba; respeten la autonomía de Periodismo de Barrio y lo establecido en su código de ética; sean transparentes respecto a su identidad, propósito, orígenes de sus fondos y no se hayan involucrado en actividades ilícitas, planes, intentos o acciones de desestabilización en Cuba.
Todo financiamiento proveniente de Open Society Foundations está sometido a múltiples interpretaciones. En Estados Unidos, rodea a George Soros un discurso racista, de extrema derecha. Junto a Bill Gates es uno de los multimillonarios que, a menudo, son objeto de teorías de la conspiración. En Cuba, la supuesta izquierda lo acusa de tratar de desestabilizar al país mediante el apoyo a medios independientes.
De acuerdo con lo establecido en su sitio web, Open Society Foundations trabaja “para construir democracias vibrantes e inclusivas cuyos gobiernos rindan cuentas a sus ciudadanos”. La rendición de cuentas a la ciudadanía es la base del ejercicio periodístico. El periodismo es, al mismo tiempo, un garante de que esta rendición de cuentas ocurra sistemáticamente de forma oportuna, transparente y veraz. Nuestro medio, entre sus objetivos fundacionales, se plantea la representación de las realidades cubanas con el objetivo de “construir una memoria histórica colectiva, inclusiva, auténtica, completa y fiel, que deje constancia de nuestras cotidianidades a generaciones futuras”.
El programa de periodismo independiente de Open Society Foundations, donde se inserta el subsidio recibido por nuestro medio, nace con el objetivo de apoyar “el periodismo que verifica, expone y explica la realidad al mismo tiempo que inspira el tipo de autorreflexión y pensamiento crítico que requieren las sociedades abiertas”. Nuestra práctica periodística, tal como dejamos claro en el Código de Ética, comparte estos objetivos. Periodismo de Barrio, desde su fundación, se compromete a proporcionar “información fidedigna, oportuna, precisa sobre las realidades de Cuba, a partir de historias fundamentadas en investigaciones rigurosas y exhaustivas”. En nuestros cinco años de existencia, jamás hemos faltado a este compromiso.
Los fondos obtenidos y manejados por nuestra organización son ejecutados de manera puntual, con apego a los principios y proyectos de nuestro medio, sin intervención externa. Nuestra organización, además, es auditada anualmente y no presenta ni un solo señalamiento de uso incorrecto de recursos, corrupción, falta de transparencia, falta de documentación y soportes que verifiquen pagos. No solo constituye Periodismo de Barrio una organización caracterizada por la ética y el apego a los más altos estándares periodísticos, sino también a los requerimientos internacionales de contabilidad y manejo de fondos.
La cobertura sobre el financiamiento de Open Society Foundations recibido por Periodismo de Barrio es selectiva y manipulada. El gobierno cubano obvia o encubre a su antojo el dinero proveniente de esta misma fuente para financiar proyectos que cuentan con el beneplácito oficial o donde se involucran personas e instituciones asociadas a este. En junio de 2015 Cubadebate cubrió el nacimiento de Engage Cuba, una coalición de compañías y organizaciones estadounidenses que “tienen el propósito de poner fin al embargo y las restricciones de viajes hacia Cuba”. En los más de 25 artículos publicados desde 2015 hasta marzo de 2019, esta publicación estatal nunca ha cuestionado el uso de fondos de Open Society Foundations, de carácter público, para avanzar en sus objetivos.
Engage Cuba recibió dos subsidios del programa América Latina y el Caribe en 2017. El primero, por un término de seis meses, con el objetivo de “identificar y apoyar a los actores que podrían estar en una buena posición para educar a la administración Trump e influir en ella para que no revoque las regulaciones emitidas bajo Obama”. El segundo, durante el mismo año y por un término de dos años, para “apoyar la promoción de políticas [de Estados Unidos] sobre Cuba”.
Su labor no solo ha sido reseñada de manera positiva en varios medios estatales, sino que su presidente, James Williams, fue entrevistado en el programa televisivo Mesa Redonda. Periodismo de Barrio respeta y apoya las acciones de esta coalición, que busca facilitar las relaciones comerciales entre nuestros dos países y que ha trabajado con decenas de socios en las áreas de derechos humanos, religión, medioambiente, comercio y negocios, agricultura, viajes, entre otros.
Ese mismo año (2017), Open Society Foundations otorgó un subsidio a la prestigiosa organización colombiana Casa de las Estrategias para que trabajara, junto a la Fundación Ludwig de Cuba, temáticas relativas a las innovaciones de arte y cultura social existentes en contextos de escasos recursos. El proyecto tuvo una duración de dos años y fue renovado en 2019 por 17 meses más. La Fundación Ludwig es una institución no gubernamental registrada en Cuba que estimula la creación y la reflexión en diversas manifestaciones del arte. El proyecto Latinoamérica Imaginada ha generado un espacio de reflexión, desarrollo de red y comunicación entre artistas. Solo elogios ha recibido la Fundación Ludwig en la prensa estatal cubana.
La visita de la Orquesta del Conservatorio Bard a Cuba, ocurrida entre el 6 y el 10 de junio de 2016, también fue posible gracias a un subsidio otorgado por Open Society Foundations. Este financiamiento permitió conciertos dirigidos por Leon Botstein en Cienfuegos, Santa Clara y La Habana, y también el bellísimo concierto de cámara “lado a lado”, celebrado en La Habana el 8 de junio de ese año, donde se presentó la Camerata Romeu, primera orquesta de cuerdas femenina de América Latina, dirigida por Zenaida Romeu.
La Orquesta del Conservatorio Bard, según el recuento del viaje publicado en su sitio web, también llevó a cabo “sesiones de lectura de música de cámara con jóvenes músicos en escuelas secundarias de arte cubanas, grupos de música comunitaria y escuelas de música en estas ciudades”. El objetivo principal de la gira por Cuba fue “iniciar una colaboración continua, aprender unos de otros y fomentar el intercambio de estudiantes y profesores”.
Esta gira solo recibió elogios del diario Granma, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), entre otros medios e instituciones estatales.
También el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) ha estado vinculado con proyectos financiados por Open Society Foundations. En 2015, le banda mexicana Quetzal fue invitada por el comité organizador de la cuarta Jornada Cubana contra Homofobia y Transfobia. En un recuento publicado en el sitio web de Open Society Foundations, los fundadores de la banda explicaban que “aunque Quetzal generalmente no se considera una banda activista LGBTI y ningún miembro ha reivindicado su identidad LGBTI, entendemos que nuestro compromiso con la justicia social y los derechos humanos es paralelo a la dirección que Cuba está defendiendo con respecto a los derechos LGBTI”.
“La invitación llegó con poca antelación y nos apresuramos a poner nuestros asuntos en orden para poder estar en La Habana en dos semanas”, narra Martha González, directora de Quetzal. “Después de viajar durante la noche y llegar allí por la tarde, nos recibió Tania Causse del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), el grupo de derechos de los homosexuales que organiza el evento”.
“En una conversación tremendamente informativa con Causse”, recuerda González, “ella expresó por qué era importante que una banda como la nuestra participara en la Jornada de este año. Causse dijo que la intención de Mariela Castro –directora ejecutiva del Centro Nacional de Educación Sexual (Centro Nacional de Educación Sexual, en inglés) e hija de Raúl Castro, presidente de Cuba– no era ‘predicar al coro’, sino iniciar esfuerzos para integrar a la población en general en la lucha por los derechos LGBTI”.
El viaje de Quetzal a Cuba fue posible gracias al Centro para la Democracia en las Américas, una de las organizaciones que recibe financiamiento de Open Society Foundations.
Por nuestra parte, seguiremos trabajando, también, con fondos de Open Society Foundations para contar las múltiples historias de Cuba que aún permanecen escondidas.