El presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez anunció la regulación de la entrada por las fronteras del país en el programa televisivo Mesa Redonda de este 20 de marzo. A partir del 23 de marzo solo quedará autorizada la llegada de los residentes en Cuba y la medida será flexible con el envío y recibo de cooperación internacional. “Garantizamos así la entrada de los cubanos que están en el exterior, (…) el regreso de los visitantes extranjeros que se encuentran en el país y (…) la actividad comercial”, añadió.
Cuba se ubica así entre las naciones que han adoptado medidas de cierre parcial de fronteras.
Al menos once países de América Latina y el Caribe habían decretado un cierre total de fronteras hasta este 20 de marzo. El primero fue Suriname, el pasado 14 de marzo, un día después de que se confirmara el contagio de una persona que había viajado al país desde Holanda. Dos días después se sumaban Colombia (con 56 casos en el momento del cierre), Guatemala (8 casos), Panamá (55 casos), Ecuador (58 casos), Perú (86 casos), El Salvador (1 caso) y Argentina (65 casos). Naciones como Brasil, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Guayana y Belize, entre otros, adoptaron medidas de cierre parcial. En la región, solo quedan completamente abiertas las fronteras de México, Nicaragua, Guyana Francesa, Bahamas, Puerto Rico.
Hace apenas un día, en una entrevista concedida a la cadena multiestatal Telesur, José Raúl de Armas, jefe del departamento de enfermedades transmisibles del Ministerio de Salud Pública de Cuba, declaraba que la decisión de no cerrar fronteras estaba motivada por “el nivel de transmisión que hoy (…) existe en nuestro país”. Según de Armas, “solo contamos con casos importados y dos de ellos introducidos y se considera no prudente en estos momentos adoptar estas medidas”. No obstante, el especialista aclaró que podrían ser implementadas si cambiara el contexto epidemiológico de la transmisión. Esto significa el paso de la fase I (importación de casos) a la fase II (transmisión comunitaria). Esta etapa inicia cuando se empiezan a detectar contagios del virus entre personas dentro del país y que no hayan tenido necesariamente contacto con pacientes expuestos fuera de Cuba.
Hasta hoy, 20 de marzo, la entrada de todos los vuelos internacionales permanecía abierta en La Habana, sin importar su procedencia. Solo habían sido cancelados vuelos por parte de los países emisores. Evelop, que vuela desde Madrid a La Habana, ha cancelado todos los pasajes desde el 25 de marzo hasta el 30 de abril. Neos Air, que vuela entre Italia y Cuba, ha cancelado todos los vuelos entre el 12 y el 30 de marzo de 2020. Otras aerolíneas también han anunciado cierres. Seguían volando a La Habana las aerolíneas procedentes de países con las mayores cifras de contagios: Alitalia (Italia), Iberia (España), Condor (Alemania), Delta, American Airlines (Estados Unidos).
En las fronteras cubanas se adoptaron algunas medidas de protección coordinadas entre el Ministerio de Salud Pública y Migración. Garantizar “en todos los baños gel o el hipoclorito de sodio, para lograr una desinfección permanente”, equipar al personal de Aduanas con nausobucos que deben ser cambiados cada tres horas, entrevistar a los pasajeros por parte de autoridades sanitarias para identificar síntomas como fiebre, vómito y tos, elaboración de una “boleta roja” por cada turista donde aparecen los datos más importantes, el tiempo de permanencia en el país y el lugar donde se alojará y el uso del circuito cerrado de televisión, que “permite supervisar de manera directa el tránsito de pasajeros”, entre otras.
Todas estas medidas buscan prevenir la entrada al país de personas enfermas. No obstante, si las personas ingresaban en el periodo asintomático de la enfermedad, como ocurrió con los tres turistas italianos portadores de coronavirus, las soluciones anteriores eran insuficientes.
Casi un mes después de que fuera reportado el primer caso de una neumonía atípica en la ciudad de Wuhan, en diciembre de 2019, China promulgó un cierre de fronteras en esa ciudad para limitar la propagación del brote de lo que se denominaría como COVID-19. Este cierre se expandió a otras 15 ciudades en la provincia de Hubei. Un grupo de investigadores de universidades y laboratorios chinos, canadienses y estadounidenses analizaron el impacto de las medidas de control fronterizo y de la permanencia de los vuelos internacionales en la exportación del virus. “Como era de esperar, encontramos una correlación significativa entre el momento en que comenzó la exportación global y la conectividad área con la China continental”, dijeron.
El análisis ubicó el periodo promedio de incubación de la enfermedad en 5 días, aunque en algunos casos podría extenderse hasta 12. Mediante el uso de simulaciones, estimaron que “aproximadamente el 64% de los casos exportados se encontraban en el período de incubación pre sintomático a su llegada, lo que indica que el pesquisaje en el aeropuerto es poco probable que prevenga la importación de enfermedades por sí solo”.
Por este motivo, los resultados sugieren “que el rastreo rápido de contacto es esencial (…) para limitar la transmisión de persona a persona”.
El cierre de Wuhan y, posteriormente, el de la provincia de Hubei, redujo la tasa de exportación de la enfermedad en un 81% y evitó la entrada de hasta un 71% de los casos en otras provincias y países. Hasta el 13 de enero de 2020, cuando no existía ninguna medida de cierre fronterizo, el riesgo de exportar al menos un caso desde China hacia otros países era de un 95%. Fue en este periodo (el 6 de enero) que llegó el primer caso a Japón.
Un ciudadano chino que anteriormente había viajado a Wuhan regresó a Japón tres días después de iniciada la fiebre. El examen, realizado entre el 10 y el 15 de enero, dio positivo. El 3 de febrero Japón tenía 23 casos, todos importados. Ese día, el gobierno emitió las primeras restricciones de viaje. “Los extranjeros que han viajado a la provincia de Hubei en la República Popular de China en los últimos 14 días antes de llegar a Japón” no podrían entrar al país. Tampoco los extranjeros que poseían un pasaporte emitido por la Autoridad de la Provincia de Hubei.
Pero las medidas de cierre de fronteras habrían sido insuficientes si no hubieran estado acompañadas de otras regulaciones. “Nuestros resultados demuestran que no se puede esperar que las restricciones de viaje detengan completamente la expansión global de COVID-19”, explican los científicos, “pero pueden disminuir la tasa de exportaciones de casos si se promulgan durante las primeras etapas de la epidemia”.
En el caso de Cuba, el presidente también anunció la adopción de prácticas de distanciamiento social “para proteger a los sectores más vulnerables al contagio”. Esto implica disminuir el número de contactos y la duración de los mismos. “Ni besos, ni abrazos, saludos a una distancia prudencial”, dijo. Se encuentran en evaluación propuestas de trabajo desde casa, clases en línea o a distancia para estudiantes y se pide a la población solo “salir para comprar alimentos o medicamentos”.