Ismario Rodríguez Pérez, director de audiovisuales de Periodismo de Barrio, no podrá participar en el proyecto Sail For Climate Action (Vela para la acción climática) porque las autoridades cubanas regularon su salida del país. Esta información fue comunicada en el Aeropuerto Internacional José Martí cuando debía tomar un vuelo a Jamaica el pasado miércoles 26 de febrero.
Ismario debía incorporarse al equipo desde Jamaica junto a un grupo de jóvenes activistas climáticos de América Latina, el Caribe y Europa, que viajarán en velero de Cartagena a Ámsterdam. Al final del viaje, debía asistir a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Bonn, Alemania.
No tiene ninguna causa judicial pendiente y su pasaporte se encuentra en regla. La libertad de movimiento es un derecho humano reconocido por el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Periodismo de Barrio denuncia la violación sistemática de este derecho a ciudadanos cubanos y, específicamente, a periodistas independientes.
“El objetivo de este proyecto es crear conciencia sobre la crisis climática y brindar a los jóvenes una plataforma para compartir sus historias, mejorar sus conocimientos, así como desarrollar ideas y sólidas redes transatlánticas”, dijo Clara von Glasow, una joven de 25 años, graduada en derecho de Alemania y miembro del equipo organizador de Sail For Climate Action. “Ismario planeaba ayudar a visualizar las historias de nuestros participantes gracias a sus habilidades en filmación y edición de videos”, agregó.
Después de la entrada en vigor de la reforma migratoria y tras la eliminación del permiso de salida (un documento emitido por el gobierno que permitía la salida temporal o definitiva de sus ciudadanos), el gobierno cubano se reservó el derecho de impedir el viaje de cualquier ciudadano mediante trucos legales. Según la ley, los ciudadanos cubanos no pueden abandonar el país si están sujetos a procedimientos penales o están pendientes del cumplimiento de una sanción penal, si son menores o personas discapacitadas que no tienen la autorización de los padres o representantes legales, entre otras razones. A todas estas causas perfectamente comprensibles, el gobierno agregó una que le ha permitido durante años mantener el control sobre periodistas independientes y opositores políticos. “Otras razones de interés público, determinadas por las autoridades autorizadas”, dice la vaga oración de la ley. Sin embargo, cuando los periodistas tratan de saber cuáles son esas otras razones de interés público no reciben respuesta.
Cifras extraoficiales sitúan en más de 200 el número de personas reguladas en Cuba sin ninguna causa legal. La mayoría son opositores políticos o periodistas independientes.
“Estamos devastados al escuchar que a Ismario no se le permitió volar a Jamaica y unirse a nosotros aquí”, añadió von Glasow. “Nos solidarizamos con el periodismo independiente cubano y con nuestro amigo Ismario, cuya perspectiva y trabajo serán profundamente extrañados a bordo de nuestro proyecto”.
Este jueves 27 de febrero una oficial de migración de la oficina de atención a la población del municipio Playa le explicó a Ismario que se encontraba bajo “proceso investigativo”. “No me dijeron ni la causa ni me dieron algún documento con esta respuesta”, dijo Ismario. “Tampoco saben cuánto puede durar la prohibición de viaje”.
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