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La marcha espontánea

Desde hace años, esta caminata contra el maltrato animal se realiza en abril, en honor a Jeannette Ryder, una filántropa estadounidense cuyo perro está enterrado en un nicho a sus pies (Foto: Ismario Rodríguez).

En las correas esos perros fuertes y en los carteles las fotografías de lo que fueron: caras magulladas, amputaciones, la piel en los huesos. Ahora, sanos, sus dueños los conducen orgullosamente. A uno de esos perros, Aquiles, Vivian Bravo lo recogió esquelético. Lo desparasitó, lo alimentó; no subía de peso. Aquiles tenía una tumoración en un testículo. Vivian le trató el cáncer con ayuda del hospital oncológico.

Vivian, 56 años, dice que lleva toda la vida en esto: “Yo me dedico a recoger perros. Los esterilizo, los desparasito cada tres meses, y los tengo en locales. En el Teatro Nacional, por ejemplo, tengo dos; otros dos en la facultad de Estomatología. Llegué a tener 14 en un taller de Cultura del Cerro. Eran callejeros y ahora, mascotas. Yo les atiendo la salud”. Vivian es enfermera. Ha tenido que aprender veterinaria.

Es domingo, 8:30 de la mañana y en el parque del Quijote, en El Vedado, hay por lo menos 200 personas. Allá ponen lazos anaranjados en los pulóveres, agitan pancartas; allá una banda de bicicleteros con frases animalistas en sus timones; allá Silvio Rodríguez dice a la prensa que la protección a los animales debió haber quedado más claramente en la Constitución.

Beatriz Batista, estudiante de Comunicación Social, organizó esta marcha en apenas cinco días (Foto: Ismario Rodríguez).

Beatriz Batista, estudiante de Comunicación Social, organizó esta marcha en apenas cinco días
(Foto: Ismario Rodríguez).

Beatriz “Bea” Batista, 21 años, ha organizado esto en cinco días. Ella cursa cuarto de Comunicación Social y tenía siete años cuando acogió a Lucy, una foxterrier que vivía amarrada en un balcón. Desde entonces ha rescatado a casi un centenar de animales. Beatriz Batista Romero, madre de Bea, también es protectora independiente. Tienen 15 perros y siete gatos. Recogen, alimentan, esterilizan y desparasitan. Luego, a través de las redes sociales, localizan a quien quiera adoptar. A veces Hope for Cuban Paws, una ONG cubanoamericana, colabora con dinero y medicinas. “Ha sucedido que no podemos tener al animal en casa por cuestiones de espacio, entonces pagamos a alguien que lo albergue mientras encontramos adopción fija. En esos casos los medicamentos y la comida corren por nosotras. Así tengo tres perros. Zoonosis estaba a punto de llevárselos, le pagamos a una vecina para que los cuide”, cuenta Bea.

A las 9:00 la gente se amontona en el parque: consignas y algunos niños que ladran incitados por sus padres. Ladran gritando. Los organizadores pronosticaron 200 personas. Ahora calculan 450. Esta caminata contra el maltrato animal se realiza en abril desde hace años. La suele organizar la Asociación Cubana de Protección de Animales y Plantas (Aniplant) en honor a Jeannette Ryder, esa filántropa estadounidense cuyo perro está enterrado en un nicho a sus pies. La ceremonia es rendirle culto en el Cementerio de Colón. Hace dos años Bea, su madre y otros protectores fueron directamente al cementerio. Llevaban carteles sobre la Ley de Bienestar Animal. Los regañaron. El año pasado fueron con pulóveres. Los regañaron. Entonces decidieron tomar las riendas.

Desde hace años, esta caminata contra el maltrato animal se realiza en abril, en honor a
Jeannette Ryder, una filántropa estadounidense cuyo perro está enterrado en un nicho a sus
pies (Foto: Ismario Rodríguez).

El 31 de marzo Odalys Jaramillo publicó en Facebook: “Protectores de La Habana, ¿qué vamos a hacer para la caminata a la tumba de Jeannette Ryder?”. Odalys tiene 54 años, nueve perros y cinco gatos en casa. Empezó en esto desde los diez años. A su pregunta, Bea respondió con otra pregunta: ¿Dónde pedir permisos para llevar carteles? El martes 2 de abril Bea y Odalys se reunieron con cuatro oficiales en la estación de Zapata y C, los oficiales dijeron que fueran al gobierno del municipio Plaza. En el gobierno, que tenían que hacer la solicitud como miembros de una institución. Bea respondió con lo que es: asistenta de dirección de la revista El Arca, única en Cuba que se especializa en animales. Autorizaron los carteles. “Todo fue corretaje”, dice Odalys. “Queríamos hacerla lo más pronto posible. Dijimos: ‘El domingo’. No queríamos esperar por Aniplant porque ellos hacen algo más pasivo”. Invitaron a Aniplant, pero la marcha fue organizada de forma independiente.

El miércoles imprimieron anuncios: “Lleva tu mascota, lleva tu lazo, lleva tu cartel”. Llenaron los postes, las paradas de ómnibus. El anuncio fue compartido cientos de veces en Facebook. También el hashtag #CubaContraElMaltratoAnimal. Silvio Rodríguez escribió al respecto en Segunda Cita. Otros artistas se manifestaron. A las 9:30 la caminata va tranquilamente por calle 25. No dejaron hacerla por la avenida 23, dijeron, por no bloquear el tráfico. Consignas, fotografías, lágrimas, gente que se suma. Ya después Bea va a contarme todo en el cementerio. Hace días que no duerme por los nervios, por la planificación exquisita. Va a contarme que Lucy, su foxterrier de 14 años, murió dos días antes de la marcha. Va a hablarme con esos ojos exhaustos, carteles en los hombros, pocas ganas de celebrar.

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