Edgar Brielo comenzó su carrera fotográfica empujado por la arqueología. La necesidad de documentar aquellos espacios arqueológicos en los que trabajaba y la vida a su alrededor lo motivó a llevar consigo una cámara y a armarse como fotógrafo. Gracias a esta combinación de saberes, logró ganarse un puesto en la Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago Cuba como arqueólogo-fotógrafo y, por lo tanto, desarrollar más trabajos relacionados con el patrimonio cultural de esa región oriental.
Uno de ellos, Los caminos del café, le abrió las puertas a la investigación y documentación del patrimonio cultural cafetalero desde una posición arqueológica y cultural y le permitió conocer un contexto rural completamente ajeno hasta ese entonces para el autor.
Este proyecto, iniciado en 2013, se desarrolló en la comunidad rural de Ramón de las Yaguas en Santiago de Cuba. Aquí, la arqueología, la conservación, la restauración y los trabajos socioculturales estuvieron en función del rescate y rehabilitación de una de las haciendas de café más antiguas de la zona, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Fueron muchos los viajes que los miembros del equipo de trabajo realizaron a esa zona rural, e incluso convivieron en la comunidad a partir de la construcción de un campamento. La relación con el entorno, su gente, su cultura, fomentó esta serie fotográfica titulada Mi gente del café, que se fue enriqueciendo en la medida en que se hizo más estrecho el vínculo del autor con estas personas y sobre todo con el extraordinario universo de arquitectura vernácula, agricultura y pasión por el café. Este último, más que un simple grano, es una cultura, una idiosincrasia y un legado, arraigado en la vida de estos habitantes desde hace algo más de dos siglos.
Felicidades Edgar. Unas fotografías envidiables, de verdad.
Impresionantes fotos, con mucha alma. Felicidades.