Más de 50 kilogramos de residuos de hidrocarburos retiró Reinaldo Cid para realizar su obra Capital (2008-2012), expuesta en el marco de la 11 Bienal de La Habana. En gran medida una ironía, esta obra hace alusión al capital económico que generan esos residuos. El artista, tras haberlos retirado, los fundió y con ello construyó lingotes, con la misma forma de lingotes de oro, para luego exponerlos como una obra de arte. Así, creó un valor económico con algo desechado luego de haberse agotado su valor. Estos lingotes eran el desecho del capital y han sido reinsertados en el mercado. De esta manera, se denuncian las consecuencias ecológicas de las sociedades de consumo actuales y, concretamente, la contaminación en la Bahía de La Habana.
La obra se puede pensar en el marco del llamado arte ecológico, movimiento que lamentablemente no tiene muchos suscriptores en Cuba, un país en el que el arte podría desempeñar un papel importante hacia el cuidado del medio ambiente. Además del impacto simbólico, Capital tiene un impacto ambiental y social, pues la recogida de los materiales necesarios para su realización requirió varias semanas de limpieza.
Es esta una obra que nos invita a la reflexión sobre las consecuencias de nuestro consumo y sobre el estado de la ciudad en que vivimos, su presente y futuro.