Yusleidis Matos y Wilfredo Rodríguez han fotografiado la vida del río Almendares, siguiendo su cauce desde Pedro Pi (Tapaste), el pueblo más cercano a Escaleras de Jaruco, en donde nace el río, hasta su desembocadura, que divide Miramar de El Vedado.
El Almendares, ícono de la ciudad, ha sido afectado considerablemente por los desechos de las industrias que se desarrollaron en sus orillas, los cuales, sumados a los de las comunidades aledañas, han hecho del río uno de los más contaminados de la ciudad. Comunidades como la de Puentes Grandes o El Fanguito habitan en sus márgenes y son afectadas por esa contaminación a la que también contribuyen. Más que documentar la vida del río, estas fotografías dan fe de su tránsito hacia la muerte, aunque según los pescadores –la comunidad que más ha promovido la limpieza y el cuidado del Almendares– su condición ha mejorado en los últimos cinco años.
Lomas de Escaleras de Jaruco, lugar donde nace el río Almendares.
Punto cercano a Pedro Pi (Tapaste), uno de los sitios más próximos al nacimiento del río. A la izquierda se puede apreciar el agua manando de la tierra.
Este pequeño riachuelo, con los afluentes que se le suman más adelante, va dando forma al Almendares.
El cauce del río cruza la Ocho Vías a través de este conducto.
Ya en la ciudad, el río atraviesa el barrio de Puentes Grandes.
A pesar de la basura y la contaminación, muchas personas aún pescan en el río.
La pesca subacuática en esta zona de Puentes Grandes no es tan inusual como se podría pensar.
Muchas casas arrojan sus desechos a las aguas del río.
La antigua papelera, hoy abandonada.
El bosque de La Habana es atravesado por el Almendares.
Aún hoy, muchas personas utilizan sus aguas para bañarse, práctica que era muy común a mediados del siglo pasado.
Las personas también lavan la ropa en sus orillas.
El Almendares, visto desde el puente homónimo.
En la imagen, sobre una embarcación improvisada, un vecino de El Fanguito recolecta comida para sus animales.
En las márgenes de su desembocadura, que divide El Vedado de Miramar, se asienta una base de pesca en donde atracan algunos barcos de pequeño calado.
