Mike Theiss es fotógrafo de la revista estadounidense National Geographic. Su especialidad consiste en perseguir tormentas y publicarlas en su canal Ultimate Chase Storm. En mayo de 2014, Mike reportaba desde el balcón de un hotel en las Bahamas la llegada de Irene, y en agosto de 2005 enviaba imágenes impactantes del huracán Katrina desde Mississippi. Esta noche, Mike está en un hotel del municipio Baracoa, al noreste de la provincia de Guantánamo, junto a una veintena de turistas.
“Debemos estar en el ojo del huracán Matthew en menos de una hora”, dijo en su cuenta de Twitter a las 7:30 p.m. En una llamada realizada a la televisora norteamericana The Weather Channel, Mike declaró que “durante la última hora las condiciones climáticas se habían deteriorado muy rápido, y aunque no podemos ver nada de lo que pasa fuera del hotel, porque tenemos las ventanas clausuradas, sentimos los derrumbes”. Radioaficionados de Guantánamo informaron que las rachas de vientos sostenidos habían alcanzado los 150 kilómetros por hora en este poblado y un video compartido por Radio Baracoa en Facebook mostraba el derrumbe parcial de una vivienda.
El huracán Matthew, categoría 4 en la escala Saffir Simpson, tocó tierra cubana a las seis de la tarde en las inmediaciones de Punta Caleta, en la costa sur de Guantánamo, según el aviso publicado por el Instituto de Meteorología. Sus vientos máximos son de 220 kilómetros por hora y tiene una velocidad de traslación de quince kilómetros por hora. Los acumulados de lluvia pueden alcanzar los 300 milímetros y serán superiores en localidades rurales.
En el sitio donde se encuentra Mike todavía hay acceso a Internet. “Cuento con todo el equipo para medir la presión barométrica cuando pase el ojo del huracán”, declaró. Según sus mediciones, la presión atmosférica era de 986 milibares un poco después de las siete de la noche. “Los funcionarios cubanos han hecho un trabajo excelente evacuando a las personas y preparándolos para la llegada del huracán”, añadió. “Para ser honesto, yo quería quedarme en el hotel para ver el comportamiento del mar y no permitieron que esto ocurriera por motivos de seguridad”.
En la tarde, Mike recogió un perro de las calles de Baracoa, lo nombró Matthew y lo llevó hasta el hotel. “Luce asustado también”, dice el fotógrafo en un video compartido en Twitter, “pero ya está a salvo, como nosotros”.
El fotógrafo, de 36 años, nació en Florida Keys y se interesó por temas climáticos desde que tenía seis años. “Se sentaba con su padre en el porche de la casa durante una tormenta eléctrica típica de verano para ver los relámpagos y escuchar los truenos durante horas”, dice su página oficial en Internet. En tercer grado fue reprendido por su maestro luego de correr hacia una polvareda gigante. Quería poner sus manos dentro del vórtice y medir la fuerza del viento.
En 1987, cuando tenía 9 años, el huracán Floyd tocó tierra en los cayos de la Florida. La fuerza de los vientos casi desprenden una de las puertas del camión de su padre. En 1992, tras el paso del huracán Andrew por la Florida, Mike supo que quería perseguir eventos climáticos extremos. Seis años después, en 1998, documentó el paso del huracán Georges por la Florida. Con Matthew, llegan al número 39, sus reportes de tormentas tropicales y huracanes.
En su más reciente reporte, Mike dice que “las condiciones en Baracoa son extremas. Afuera hay oscuridad total. Estamos sosteniendo la puerta para mantenerla cerrada porque la madera se flexiona hacia atrás y alante”.